Son de cuatro generaciones diferentes, pero todas coinciden: no han tenido apenas referentes culturales en los que reflejarse
Fuente (editada): EL PAÍS | Laura Romerales | 28 MAR 2020
Cuatro personas. Casi diez años de diferencia entre cada una de ellas. Y tres cafés y un Nestea. Quienes se sientan en torno a la mesa de una cafetería del centro de Madrid son la cantaurora y escritora Alicia Ramos (50 años), le también cantautore Víctor Gil (más conocide por su nombre artístico, Viruta, 42 años), le activista Darko Decimavilla (32 años) y la actriz Laura Corbacho (21 años). Cada una de las personas entrevistadas comparten, pese a sus distintas edades, la experiencia de haber contado con pocos referentes en los que sentirse reconocides como personas trans. El estreno de Veneno, la serie sobre Cristina Ortiz, más conocida como La Veneno, va a contar la vida de una de las pioneras en visibilizar al colectivo trans en España.
En los años noventa, La Veneno se prostituía junto a otras compañeras en el Parque del Oeste de Madrid. Fue haciendo un reportaje sobre la vida nocturna de la zona cuando una reportera del programa Esta noche cruzamos el Mississippi la descubrió y, desde ahí, Cristina Ortiz dio el salto a televisión. Con su forma de ser irreverente, malhablada e icónica, recorrió muchos platós de los shows de entretenimiento de la época. Su vida estuvo rodeada de claroscuros y, detrás de todas esas apariciones televisivas, también se escondía un fuerte drama personal, como la repulsa de su familia y los abusos que sufrió en prisión.
Para Viruta, era “icónico que pudiese estar ahí, pero la tenían totalmente instrumentalizada y se la ha romantizado a raíz de su muerte” [falleció en 2016]. Una afirmación ante la que Darko asiente y sostiene que la sacaban para “hacer un show”. Sin embargo, para le cantautore, ella “defendía a una comunidad y se notaba en su discurso”. La serie Veneno, dirigida por los Javis y protagonizada por Jedet, Daniela Santiago y Isabel Torres representando las diferentes etapas de la vida de la vedette, se estrenó el pasado domingo 29 de marzo en ATRESplayer Premium. Para ver el resto de episodios (son un total de ocho), les espectadores tendrán que esperar un tiempo indefinido debido a que el rodaje ha sido paralizado por la crisis del coronavirus.
Una juventud sin referentes
El estreno de Veneno les ha llevado ahora a compartir mesa y opiniones, pero anteriormente los caminos de algunes de elles ya se habían cruzado. Ramos y Viruta, ambes cantautores, mantienen una amistad en común desde hace tiempo. Se nota en el largo abrazo en el que funden cuando se saludan. Darko también les conoce de vista, de verles en charlas y coloquios LGBTQ+ en los que han participado. Les tres rápidamente establecen un ambiente de confianza e intentan ubicar esos encuentros.
Mientras el resto de las personas invitadas empieza a degustar un pincho de tortilla, Laura Corbacho aparece con un abrigo de leopardo hasta los tobillos que fascina a Darko. Rápidamente, se incorpora a una conversación en la que todes (o casi) comparten una misma idea: tienen muchas ganas de ver cómo la serie plasma la vida de La Veneno. La excepción es Ramos, quien ni tiene televisión ni conocía al personaje hasta el día de su muerte. Sin embargo, para Corbacho la figura de La Veneno fue muy importante: “Me ha ayudado a ser yo misma. Antes de saber que existía, yo llegué incluso a pensar en operarme la voz porque creía que era demasiado grave”, cuenta.
La actriz cuenta que durante su adolescencia, y pese a ser la más joven de todas las personas entrevistadas, prácticamente no vio en la cultura popular personas trans con las que pudiera sentirse identificada. Esta situación es extensible a todes, a quienes les cuesta nombrar ejemplos. Viruta menciona a Dana International [que ganó Eurovisión en 1998], pero sostiene que el primer hombre trans que vio en la esfera pública fue ya “a los 28 años”. Elle empezó su transición a los 35.
La escritora y cantautora Alicia Ramos comenzó su transición a los 40 años. “A mí me interesa la música, la literatura y el pensamiento político y ahí había un tremendo vacío”, cuenta con su melódico tono de voz, “al ver que no había nada pensé, ¡pues vamos a crear esto de cero, compañera!”. Darko tuvo una experiencia similar ya que, como persona trans no binaria, no encontraba referentes y tampoco sabía definir lo que sentía. “Yo lo tenía muy claro, pero no sabía ponerle nombre. A los 28 años vi una charla de Pau Eloy-García, activista, y ahí fue cuando por fin me sentí reflejade”, explica. Darko habla de sí misme en género neutro (como es el caso de Eloy-García) pero, si alguien no está familiarizado con esos términos, acepta que se le nombre en femenino.
La fantasía como escape a la realidad
La Veneno habló sin tabúes en numerosas ocasiones de los abusos que sufría por mostrarse tal cual era. De hecho, la artista se empezó a prostituir al llegar a Madrid porque tuvo que huir de su pueblo tras ser repudiada por su familia. “Antes no había referentes válidos. Pobrecitas mías, tenían una vida decadente y les pasaban cosas feas que no querrías que te pasaran”, sostiene Viruta. Le cantautore hace un inciso para explicar a Ramos, quien desconocía y asiste horrorizada al relato, cómo además la vedette fue vejada y violada en su paso por una cárcel de hombres.
Sin embargo, aunque no fueran necesariamente trans, las personas entrevistadas sí que admiraban a personajes de la cultura popular. Y de lo más diversos. Corbacho cuenta que se “metía en la fantasía” gracias a H2O, una serie estrenada en 2006 que trata sobre unas sirenas adolescentes. “Me pasaba algo parecido: ellas también tenían cola y tenían que ocultarlo”, explica entre risas. Con esa referencia, Viruta recuerda cómo él también se identificaba con la protagonista de La Sirenita, Ariel. “Era un personaje que hubiese hecho lo que hiciese falta para conseguir el cuerpo que quería, como yo”, comenta.
Ramos asiste a esta conversación con una curiosidad plagadas de dudas. A ella, al ser mayor que el resto, la mayoría de personajes nombrades ni siquiera le suenan. La escritora y cantautora encuentra referentes en otras compañeras de profesión como “Lucinda Williams o Joan Jett”. Sin embargo, a Darko le gustaba explorar mundos de fantasía y ciencia ficción. “Yo era muy de literatura fantástica. Por eso me encantaba Tolkien, porque me llevaba a otra parte donde había cosas que no estaban tan fijadas”, cuenta.
Nuevos tiempos, mayor representación
Pese a que durante años ha existido un gran vacío, la cultura popular de los últimos tiempos está empezando a tener en cuenta al colectivo trans. “Estamos en una época de cambio”, sostiene Ramos. “Se puede ver en la polémica que hubo en OT [donde un profesor tuvo que pedir disculpas tras ser acusado de hacer mofa de las personas trans]. Ahora hay que ver si triunfa este cambio de mentalidad o si, por el contrario, hay algún tipo de reacción que trata de derribarlo”.
Ramos también resalta la polémica surgida a raíz de la campaña del autobús de Hazte Oír, que tenía el lema: «Los niños tienen pene. Las niñas tienen vulva. Que no te engañen. Si naces hombre, eres hombre. Si eres mujer, seguirás siéndolo». Su mensaje tránsfobo fue reprobado por gran parte de la sociedad y la cantante cree que fue clave para la normalización porque “los medios empezaron a hablar de la infancia trans”. Viruta apoya esta idea e insiste en que visibilizando a les menores “ha cambiado todo, se ha pasado de la visión de la puta a la criatura”.
La ficción es, a su vez, un termómetro de este cambio de mentalidad. Corbacho resalta el lanzamiento de series como Pose, que plasma la cultura LGBTQ+ surgida durante los años ochenta en Nueva York. “Necesitamos más cosas así, porque muestran la realidad sin que su vida gire únicamente en torno a eso”, explica. Además, la actriz destaca que en Pose buena parte del equipo (actores, actrices, cámaras, guionistas…) es trans. Algo que también ocurre en Veneno. Esta realidad, según comenta Darko, es todavía limitada: “Yo me he dedicado a la producción muchos años y en todos ellos no he conocido a ninguna persona trans”.
A través de su papel en la serie Paquita Salas, la propia Corbacho reivindicó la importancia de que los papeles de personajes trans los interpreten actores y actrices trans. Viruta comparte esta idea aunque al menos sea “de momento”. Ambes coinciden en que lo ideal sería que una persona trans pueda interpretar cualquier papel, sin que importe su condición. Pese a la importancia que tiene esta representación pública, todes les entrevistades coinciden en que con quien más se identifican y comparten experiencias siguen siendo con sus amistades. “Mis referentes actuales son perfectamente accesibles para mí”, sostiene Viruta mientras abraza a Ramos, “desde ella misma al psicólogo Lucas Platero”.