«Euforia. Familias Trans-Aliadas” comienza su andadura en 2019, aunque se trata de un comienzo relativo, más parecido a un renacer, porque ya teníamos recorrido previo. Tantos años compartidos con las personas trans nos han servido para aprender a soltar el lastre que nos dificultaba avanzar, ser coherentes con nuestro discurso y redefinirnos socialmente, la esencia es la misma, pero cambia el nombre, el proyecto y la euforia de una nueva andadura.
Hace ya algún tiempo que sentíamos la presión interna de discursos diferentes, que divergían a dos tiempos. Estando al frente entendimos que es imprescindible cuestionarnos y recuestionamos a nosotras mismas; nos tuvimos que deconstruir para poder crecer, evolucionamos y aprendimos a avanzar, como colectivo e individualmente, pero también que no se puede hacer pedagogía a la fuerza, o no como dinámica permanente dentro de un grupo. Quedarse significaba no salir del bucle que nos tenía atrapadas, impidiendo en muchas ocasiones centrar las energías en lo verdaderamente importante y preferimos comenzar de nuevo.
Somos familia, en el sentido más amplio del término. Nuestro objetivo es serlo también para quienes necesitan referentes y herramientas para poder superar los estereotipos y aceptar la identidad de sus hijes. Y para quienes han tenido que dejar atrás a sus familias de origen buscando vivir su identidad en libertad. Como familias sabemos lo importante que es cuidar y ser cuidadas.
Somos aliadas, ese es nuestro papel, las personas trans son las protagonistas.
Somos colectivo, con sentimiento de pertenencia y sin fronteras, nos une las ganas de cambiar el mundo, de forma ambiciosa, sin los márgenes en los que los condicionamientos sociales nos han encerrado.
Somos transfeministas, entendemos la lucha por la diversidad desde todos los ejes de opresión, las estructuras sociales apuntaladas por un sistema patriarcal y una ideología de género alienante utilizan diferentes estrategias represivas de control social, por lo tanto, la respuesta y el cambio han de ser globales.
Hemos aprendido que no todo suma, no nos vale cualquier texto legal que conceda migajas igual que no nos vale cualquier visibilización que no sea rigurosa. Tampoco nos vale la complacencia por los retos conseguidos cuando hay tanto por hacer. El recorrido histórico y los avances conseguidos sirven para que tengamos el convencimiento de que no hay resistencia insalvable ni muro infranqueable. Con amor, con paciencia, con trabajo, con perseverancia y rigor seguimos adelante con Euforia.
