En muchos idiomas, los pronombres en tercera persona tienen género pero muchas personas no se identifican con “él” o “ella”. Examinamos cómo ha evolucionado nuestra lengua y por qué
Fuente (editada): VOGUE | Amelia Abraham | 6 DE FEBRERO DE 2020
“They” (Ellos/Ellas en inglés, pronombre neutro). Así fue como Bobbi Salvör Menuez, actore y modelo estadounidense, pidió a sus amistades que se refirieran a su persona, esto como un primer paso para empezar a usar pronombres sin género. Lo siguiente fue hacer la misma petición en su bio de Instagram y, después de cambiar su nombre a Bobbi en enero de 2019, pidió a su familia y colegas a través de un email que hicieran lo mismo e incluyó el pronombre “they” (el equivalente a ellos/ellas) en su firma electrónica. Cuando le contaba a la gente — sobre todo al grupo de más edad de su familia — sobre la decisión de cambiar de “ella” a “they”, Menuez quiso plantearlo como «una invitación a que tuvieran una relación más íntima y auténtica conmigo”.
Sin embargo, aun cuando su familia y amistades corrigieron el pronombre para usar “they”, otras personas se niegan. “Sobre todo me pasa con la gente extraña, pero también con gente con la que trabajo. Puede llegar a ser agotador”. Menuez añade: “Depende de cómo me presente ese día, de lo que lleve puesto, de cómo se vea mi cabello; pero yo diría que nunca tengo género”.
Reconocer a las personas por quienes son realmente
Amrou Al-Kadhi, guionista e intérprete, autore del libro Unicornio: Memorias de una Drag Queen Musulmana (Unicorn: Memoir of A Muslim Drag Queen) — quien se identifica como “no binarie”, en lugar de hombre o mujer — ha pasado por una experiencia similar. “Diría que a diario la gente se equivoca con mi pronombre”, afirma Al-Kadhi. “Yo uso ‘they’ porque no me identifico como hombre, el sexo que me asignaron cuando nací. Es difícil explicarlo con palabras, pero cuando la gente asume que soy un hombre, se siente incómodo. Como un puñetazo en el estómago, un poco como una disociación, como ‘espera, no me estás viendo a mí, ¿de quién estás hablando?’”.
Al ser alguien que nunca ha podido actuar acorde al género masculino, o tal vez alguien que “ha fallado en ‘ser un hombre’”, el uso de “they” como pronombre ayuda a Al-Kadhi a relajarse, explica: “Es como sumergirte en un baño tibio de lavanda”. El testimonio de Al-Kadhi es prueba de que nombrar a las personas con el pronombre correcto no es simplemente una formalidad, sino una manera de reconocer quiénes son realmente, y más allá de eso, una señal de aceptación para aquellas personas que simplemente no encajan dentro del género binario.
Una perspectiva global sobre los pronombres de género neutro
En Suecia los pronombres de género neutro no son una novedad. En la década de los años 60 les lingüistas dieron con “hen”, una alternativa al masculino “han” (para “él”) y el femenino “hon” (para “ella”), como el vocablo apropiado para cuando no se conoce el género de quien se habla. A lo largo de los años, ‘hen’ fue conquistando su espacio en el habla común y entró en el diccionario sueco en 2015. Sin embargo, en otras partes del mundo, el uso común de pronombres neutros es un cambio social que tiene menos tiempo, o algo que, simplemente, no ha ocurrido.
En el Reino Unido y Estados Unidos, el pronombre “they” fue añadido a los manuales de estilo de algunos periódicos hace ya algún tiempo, en 2015. Pero fue apenas en septiembre de 2019 cuando el diccionario de lengua inglesa americana Merriam-Webster incluyó “they” como el pronombre para designar a “una persona cuya identidad de género es no binaria”, esto ocurrió antes de que la escogieran como la palabra del año en diciembre pasado, a raíz de que las búsquedas de “they” aumentaran un 313% durante ese año. Una decisión que tiene mucha lógica, sobre todo si consideramos que celebridades de muy alto perfil como Sam Smith, Jonathan Van Ness de Queer Eye y la estrella de Pose, Indya Moore, entre otras, se declararon abiertamente no binarias en 2019.
En toda Europa está aumentando la conciencia sobre el uso de los pronombres de género neutro. En enero de 2019 la ciudad alemana de Hanover adoptó en todas sus comunicaciones oficiales el uso de pronombres no binarios. En Francia, en cuyo idioma los sustantivos cuentan con género, la comunidad feminista lleva años pidiendo un cambio en la sintaxis de manera que no se dé prioridad a lo masculino a partir del idioma, pues argumentan que esta costumbre favorece el machismo. Hasta ahora, la Académie Française ha rehusado, pero las comunidades trans en Francia están empleando el pronombre “iel” por su cuenta.
De manera similar, en España se está usando “les” como pronombre neutro, así como “elle”, en lugar de “él” o “ella”, mientras la Ministra de la Presidencia y Vicepresidenta del gobierno Carmen Calvo hizo un llamado para que el lenguaje de la Constitución Española fuera inclusivo, en lugar de privilegiar el masculino, como se hace desde 2018. En el resto del mundo hispano han tenido lugar movimientos populares para introducir los pronombres de género neutro en el lenguaje. En Argentina, la juventud está cambiando el uso de “o” y “a” por “e”, como neutro. En 2018 la activista de ese país, Natalia Mira, utilizó lenguaje inclusivo en una entrevista en televisión, únicamente para molestar al entrevistador y así llamar atención sobre el asunto. Y algunas comunidades hispanas (sobre todo queer) en los Estados Unidos han reemplazado el uso de “Latina” o “Latino” por “Latinx” como género neutro que lo incluye todo.
Al-Kadhi, de habla árabe, piensa que este tipo de cambios están lejos de suceder en su lengua. “En árabe el lenguaje está muy marcado por el género. Todos los verbos cambian dependiendo de si eres hombre o mujer y yo realmente no creo que, por ejemplo, mi familia entendería mi pronombre desde el punto de vista lingüístico, por lo que ni siquiera les he pedido que lo usen”, explica. “El idioma árabe es binario de un modo que creo que realmente afecta a un entendimiento árabe de la fluidez de género”.
¿Por qué no tiene sentido oponerse al uso de los pronombres inclusivos?
Sin embargo, Al-Kadhi señala que en todos lados hay personas a las que se les hace muy difícil entender los pronombres neutros: “El año pasado trabajaba cuidando a personas mayores con una organización caritativa y traté de explicarle el asunto a un par de ellas. De verdad no lo entendían, así que dejé de intentarlo. Tenían buen corazón, así que no me importó”. Hay personas, como el periodista y presentador de televisión británico Piers Morgan o el escritor de derechas Brendan O’Neill que se han pronunciado de manera mucho más vehemente en contra de la expansión del uso de los pronombres inclusivos, lo que para Al-Kadhi “no es otra cosa que simple intolerancia”. Y cuando The New York Times publicó un artículo titulado It’s Time for ‘They’ (Es la hora de ‘They’), haciendo un llamado al uso del pronombre, recibió cartas con quejas.
Dr. Kirby Conrod, lingüista no binarie en la Universidad de Washington que trabaja sobre los pronombres, explica: “Como lingüista, diría que el lenguaje va a cambiar con independencia de que decidas participar en ese cambio o no. El singular no binario ‘they’ ya está bien adelantado en ese cambio de lenguaje que estamos viendo, y depende de ti la decisión sobre si vas a ser parte del lenguaje al que quieres tener acceso, pero no te toca decidir por nadie más, o quejarte cuando el resto de hablantes decidan avanzar sin ti”. De manera similar, especialistas del Diccionario Inglés de Oxford han salido en defensa de “they” como pronombre singular, explicando su uso como “irreversible”.
Menuez dice no tener “demasiada paciencia” con el argumento gramático en contra del uso de “they/them”. “Otros estudios lingüísticos han encontrado que la persona promedio usa ‘they/them’ cuando no se conoce el género o se está hablando de una persona hipotética. Lo hacemos naturalmente todo el tiempo, pero cuando se usa a propósito, creo que la gente desarrolla ansiedad en torno a esto. No quieren herir los sentimientos de otras personas, o cometer errores, así que creo que de una vez saltan a la conclusión de que decirlo no tiene sentido. La gente lo aborda desde una perspectiva gramatical, que no es suficiente. La gramática ha evolucionado a través del tiempo”.
Decidas incorporar los pronombres inclusivos o no, el lenguaje está evolucionando
Entonces, si el cambio es inevitable y es importante usar los pronombres adecuados, ¿qué mejoras podemos emplear a la hora de utilizarlos? “Practica”, dice Kirby y “sé cordial y generose cuando te corrijan”. Añade que “si usas el pronombre equivocado para alguien, es como si usaras el nombre incorrecto: no es ilegal, pero ciertamente la gente tiene derecho a sentirse mal por ello. Tomar decisiones proactivas y sensibles sobre los pronombres que usas es una buena manera de mostrarle a otras personas que les valoras como personas”.
Más allá de lo individual, se trata también de un pronunciamiento político, añade Kirby. “Incorporar el ‘they‘ no binario es una estupenda manera de abrir tu forma de pensar en general, para permitir posibles vías de escape a este sistema sobresimplificado de ‘él‘ o ‘ella‘”. Menuez está de acuerdo: “La gente no es perfecta y comete errores — las personas trans también meten la pata con los pronombres de otra gente — pero tratar de corregirnos es una oportunidad de reexaminar cómo nuestro uso del lenguaje afecta la manera como pensamos y reconsiderar lo que asumimos sobre el resto de gente y sus géneros”.
“Es un asunto de respeto”, concluye Al-Kadhi.
“[Hacerlo] demuestra que somos una sociedad tolerante ante la diversidad y complaciente con la pluralidad que nos hace personas” – Amrou Al-Kadhi.