Nacida en Costa Rica. Es activista trans e intersex desde la década de los 80. Es directora de MULABI, Espacio Latinoamericano de Sexualidades y Derechos, con sede en San José, Costa Rica.
Comenzó su activismo en el área de información y prevención del VIH / SIDA y otras ETS, principalmente en campañas de prevención para trabajadoras sexuales trans y cis.
Es autora de varias publicaciones, incluyendo “¿Cuál es el punto de revolución si no podemos bailar?” e “Interdicciones”.
Natasha se identifica como feminista y ha contribuido a varias iniciativas que promueven los derechos de las mujeres y luchan por los Derechos Humanos de gays y lesbianas con organizaciones como la Fundación para el Desarrollo de la Lucha Contra el SIDA (Fundesida), el Instituto Latinoamericano de Prevención y Educación en Salud, la Asociación Triangulo Rosa y Centro de Investigación para América Central.
A nivel internacional ha ejercido como Secretaría Intersex para la ILGA, Asociación Internacional de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans e Intersex, denunciando en las Naciones Unidas las violaciones de los Derechos Humanos de las personas trans e intersex en América Latina y otras regiones. Mantiene un estatus consultivo con la OEA, Organización de los Estados Americanos a través de Mulabi.
Lucha por eliminar la intersexualidad del catálogo de enfermedades y conseguir que pase a ser una condición: “Lo nuestro es una condición, como nacer con ojos verdes, es parte de la diversidad corporal”. Aunque la visibilidad de las personas intersex es muy reducida, Natasha explica que: “A nivel mundial, las personas intersex son el dos por ciento de la población. Somos tantas como personas pelirrojas.“