Topacio Fresh, Carla Antonelli, Penélope Guerrero o Alex Saint son algunas de las mujeres trans que han pasado por la obligada transgresión que supone luchar para que no sean otres quienes impongan su propia realidad y por la necesidad de transformación de la sociedad que –con todo el derecho– reclaman. 7 Fabulosas Mujeres que muestran su orgullo trans.
Fuente (editada): HARPERS BAZAAR | Pacho Castilla | 9 MAR 2022
Una es más auténtica cuánto más se parece a lo que ha soñado de sí misma». Quien rescata esta frase que pronunció ‘La Agrado’ –aquella mujer trans que dibujó Pedro Almodóvar en Todo sobre mi madre– es la actriz, política y activista Carla Antonelli, primera diputada trans en España, elegida en 2011. Sí: «Lo que he soñado de mí misma». «Mostrar mi verdadera identidad» (Penélope Guerrero). «Perseguir mis sueños» (Alex Saint). «Vivir mi propia vida» (Topacio Fresh). «Estar bien conmigo misma» (Eva Cast). «Tener claro quién quería ser» (Daniela). «Respetar la libertad individual» (Valeria Vegas). «Ser tú misma» (Carla Antonelli).
Los mensajes que transmiten nuestras protagonistas van, sin duda, en la misma dirección que el de ‘La Agrado’, y aunque tendrían que parecernos demasiado obvios, seguro que en su camino, estas fabulosas mujeres se han encontrado tanta gente, demasiada gente, sí, que –desde no se sabe muy bien qué tipo de falsa superioridad– se ha atrevido a espetarles: «Piensa como yo, o desaparece». La sentencia la menciona –que no suscribe– Valeria Vegas, popular a raíz de escribir aquellas memorias de La Veneno, que Los Javis (Javier Ambrossi y Javier Calvo) convirtieron en serie de televisión. Y es que la escritora y periodista no logra entender cómo es posible que haya gente que pida «libertad para sí misme y coarte la de otros. Deberíamos fijarnos menos en quien tenemos al lado, o si lo hacemos, que sea de una manera constructiva», precisa.
Demasiada gente, sin duda, estuvo también pendiente –y no de «manera constructiva»– de la vida de una joven Carla Antonelli. Tanta gente que, con apenas 17 años, tuvo que abandonar Tenerife en busca de «la felicidad y el equilibrio» que supone «ser tú misma». Sí, regresó 32 años después, pudo pasear tranquila por las calles de su Güímar natal, y pudo comprobar –ya feliz– que el pueblo entero se unió en un reconocimiento a su trayectoria vital.
Más de cuatro décadas han pasado desde que la realidad de la diversidad sexual, mejor dicho, la realidad (no son necesarias más precisiones) empezó a salir de la oscuridad. Desde ese junio de 1978 donde un grupo de mujeres transexuales encabezaron la primera manifestación del Orgullo en Madrid. Repito: fueron ellas –no pretendamos olvidarlo– quienes dieron la cara, y lo hicieron tan solo unos años después de la aprobación, en 1970, de una ley (‘de Peligrosidad y Rehabilitación Social’) que reprimía las identidades trans por considerarlas ‘escándalo público’.
Más de 40 años de lucha fundamentalmente por la visibilidad, porque, como precisa Carla, «lo que no se habla, no existe«. No, no ha concluido ese camino hacia la constatación de que cada persona pueda decidir libremente sobre su propia vida, pero algo –reconozcámoslo también– hemos avanzado. Lo constata, por ejemplo, la galerista y activista Topacio Fresh: «Cuando planteé a mi familia la manera en la que quería vivir mi vida, lo primero que me dijeron fue: fuera, vete. La madre y el padre de Valeria (Vegas), en cambio, le pidieron que estudiase, que se preparara, que tuviera herramientas. El mensaje para la generación futura, sin duda, es: sé libre, diviértete… y juega».
«Hace diez años cuando buscaba referentes, no los encontraba. Ahora estoy feliz por ser un referente para algunas personas». Daniela Sirena pertenece a la generación millennial, y claro que se preparó, pero, además, se muestra libre en su faceta de influencer. «Las redes sociales han sido fundamentales para que podamos opinar y mostrarnos como somos». Nada que ver, claro, con aquel momento en el que «quería empezar la transición, pero no sabía cómo explicárselo al mundo».
Sin problema expresan en Instagram, TikTok o YouTube sus miedos, sus éxitos, sus frustraciones… o exponen sus denuncias, como hizo Eva Cast cuando sufrió una agresión. Más tarde, plasmó su experiencia en un libro, Me llamo Eva, con el que intenta ayudar a quienes estén pasando por esa transición gracias a la cual ahora puede decir que se siente «feliz, libre y completa».
Sí, sí que algo ha cambiado nuestro mundo.
«Tenemos una sociedad mucho más abierta, más leída y más informada. Ahora la gente quiere comprender y es bastante más empática. Y estamos en ese momento en el que, por fin, los medios de comunicación brindan esa información», reconoce Valeria Vegas. El momento para «mostrar una sociedad completa», como reclama la actriz Penélope Guerrero (Sky Rojo, Mercado central, Los hombres de Paco…), una sociedad que no tiene derecho a ocultar la verdadera realidad de las personas trans.
«El único referente que teníamos fue La Veneno, que fue ridiculizada y maltratada en los medios de comunicación, y la gente pensaba que solo podíamos aspirar a eso. Pero las personas trans podemos alcanzar el éxito, tener una familia… Esa es la auténtica realidad». Eso sí… sin renunciar a la humanidad. La actriz, fotógrafa y maquilladora Alex Saint matiza: «Hoy en día, la sociedad es muy tecnológica. Estamos muy conectados, pero creo que es muy importante conocer de verdad las historias y las necesidades de cada persona, de cada colectivo y no quedarnos solo en la superficie».
«Creo profundamente que estamos en un momento histórico», ratifica Valeria Vegas. Quizás cerca de esa «utopía en la que cada persona pueda decidir sobre su propia vida», como pide Carla Antonelli, quien se lamenta porque, frente al yang –la luz–, surja el yin –la oscuridad–, «el peaje a pagar», en sus palabras. «En los últimos años nos han demonizado y puesto en el centro de una diana, debido posiblemente a esa visibilidad, una proyección que debe molestar a cuatro gatas ultrarradicales». Topacio Fresh tiene bastante claro cuál es el mejor antídoto para curar la intransigencia: «Respeto. Que las cosas fluyan con libertad».