Todas las personas tenemos derecho a tener los mismos derechos, es por lo que el reconocimiento legal de las personas trans es un gran avance en el campo de los derechos humanos

Fuente (editada): La Voz | 17 de febrero de 2020

En un acto de alto valor simbólico en la Casa Rosada, el presidente Alberto Fernández le entregó su nuevo documento a una médica y periodista con la información de género de acuerdo con su identidad autopercibida, en consonancia con una ley vigente en el país desde 2012.

Según las cifras oficiales, en Argentina ya hay nueve mil personas bajo el amparo de la Ley de Identidad de Género. Eso significa, como sostuvo el Presidente, que un promedio de más de mil personas por año hicieron valer sus derechos, más allá del gobierno de turno.

Por su parte, La profesional trans subrayó, con buen criterio, la importancia de esta ley, ya que le asegura a cualquier habitante del país la posibilidad de vivir con la misma dignidad que el resto y en la más absoluta legalidad, con todo lo que ello implica.

La persona trans que no cuenta con un documento acorde a su identidad se expone a múltiples discriminaciones. En el mercado laboral, en los sistemas educativo y sanitario, en el registro de sus bienes. En realidad, se les complica hasta la acción más cotidiana e intrascendente de la vida, como puede ser el pago de una pequeña compra en un comercio. Pensemos que el uso de tarjetas de débito o de crédito implica la presentación de un documento de identidad.

Como es lógico, la solución no puede ser la adquisición de un documento falso. Sin duda, hay un mercado ilegal para estos menesteres. Pero esos arreglos no sólo abren las puertas a nuevos problemas, ya que acarrean situaciones de riesgo, sino que en la práctica significa asociar a las personas trans con las actividades delictivas.

La Ley de Identidad de Género garantiza que cualquier persona sea tratada de acuerdo con su identidad autopercibida. En función de ello, obliga al Estado a entregar documentos personales con el nombre y el género vivenciado a quien solicite la corrección de sus documentos originales.

Esa es la verdadera y única solución posible a un problema que, si bien se lo mira, no está provocado por las personas trans, sino por esa sociedad que no admite la igualdad de derechos y que, en los hechos, adopta una perspectiva biologicista (que no biológica) para discriminarlas.

La identidad sexual no es una cuestión que esté determinada por el cuerpo en el que nacemos. Y no hay géneros que nos hacen buenas personas y géneros que nos hacen malas personas, o identidades sexuales normales e identidades sexuales perversas.

Por eso, y porque todo el mundo tenemos derecho a tener los mismos derechos, es que el reconocimiento legal de las personas trans es un gran avance en el campo de los derechos humanos.