Nacida en 1969, en San Sebastíán, Guipúzkoa. Es una activista, pionera en Euskadi, por los derechos de las personas trans e intersex. Desde siempre luchó en diversos movimientos sociales (Mov. Insumiso, Mov. Okupa…) hasta que en 1999 abandonó su trabajo como actriz y modelo, desde el que daba visibilidad a la realidad trans, para dedicarse de lleno al activismo por los derechos trans. Así, en 2002 cofundó «Transexualidad-Euskadi», de la que fue presidenta durante 17 años, y desde donde ha atendido a más de cuatro mil personas trans.
En 2005 apoyó la lucha de Mª Jesús Lastra y, uniendo fuerzas junto a Carla Antonelli, lograron la resolución 7/2006/TPG, por la que las personas trans pueden acceder a los módulos penitenciarios según su identidad sexual.
En 2006 se sumó a la huelga de hambre para que se aprobara la ley 3/2007, conocida como «Ley de Identidad de Género», en cuya redacción participó desde sus inicios.
Desde 2004 a 2009 trabajó por la creación de la U.I.G. (Unidad Interdisciplinar de Género) en el Hospital de Cruces, para que la atención integral sanitaria a personas trans entrase en el catálogo de prestaciones gratuitas de la seguridad social vasca – Osakidetza, convirtiéndose en 2007 en la primera mujer trans del mundo en comparecer en un parlamento, concretamente en el Parlamento Vasco, donde contribuyó redactando un protocolo sanitario que despatologizara la transexualidad.
En 2009, Andrea levantó a todo el Europarlamento al exigirles a obligar al presidente de Italia, Sylvio Berlusconi, que frenase la persecución a mujeres trans, respaldando esta exigencia con varias circulares y directivas europeas.
En 2017 abandonó el activismo organizado tras años de historia trans imposibles de resumir.