El aumento de la ansiedad y estrés de la juventud trans y sus familias se ha disparado, haciéndonos revivir momentos que ya creíamos superados en sociedades democráticas.
Fuente (editada): HUFFINGTON POST | Mar Cambrollé | 11 NOV 2022
Mar Cambrollé es activista por los derechos LGTBIQ+ y presidenta de la Federación Plataforma Trans
El trámite de la Ley Trans y Derechos LGTBI está siendo uno de los avances más cuestionados por el reaccionarismo que ha sido promovido por el sector de mujeres “ilustradas y académicas” del feminismo más rancio del PSOE.
Una contienda que fundamentaron en 2020, con un argumentario de la Secretaría de Igualdad del PSOE liderada por Carmen Calvo, propio de la esencia del franquismo; negación de la identidad trans como parte de la diversidad humana, perpetuación de la patologización, como excusa para hablar de ficción de hembras, personas de dudosa reputación e inevitablemente ligadas al crimen y al fraude.
En estos más de dos años no ha cesado, convirtiéndose en una “cruzada de odio” hacia las personas trans, fundamentadas en prejuicios, bulos y señalando a las personas trans como un peligro social. Para su difusión han hecho uso y abuso de su estatus de poder y a través de medios de comunicación de masas, jornadas, artículos de opinión, entrevistas y redes sociales, en las que han campado con total impunidad, con el pretexto de “opinar” de la ley, se han mofado, humillado, vejado y equiparado con conductas criminales a las mujeres trans y a las familias, exponiendo a las infancias trans, bajo un falso proteccionismo, al desamparo ante el acoso en los centros educativos, fuera de estos y cebándose con las familias que aceptan y aman a sus hijos, hijas e hijes en la identidad que expresan, como “responsables” de ejercer una influencia «transexualizadora». Es deleznable haber puesto en el centro del odio a las mujeres e infancias trans que constituyen la parte más vulnerable de nuestro colectivo.
Quien abusa siempre va a por la persona más débil.
En estos dolorosos momentos históricos para las personas trans, hemos vivido una campaña fundamentada en el miedo y en la demonización de nuestra propia existencia, con el objetivo de intoxicar a la sociedad, incidir políticamente para obstaculizar el trámite de una ley que viene a restituirnos en derechos y dignidad, para finalmente “amordazar” las decisiones del Gobierno y las directrices del partido socialista. Que ha terminado constituyéndose en la guía “espiritual” de la extrema derecha y lo más peligroso y perverso, en nombre del feminismo.
Las consecuencias son especialmente graves y están teniendo una relación directa con el aumento de las agresiones hacia el colectivo LGTBIQA+, las mismas han aumentado cerca de un 70%, según datos del informe de delitos de odio 2022 del Ministerio de Interior. El aumento de la ansiedad y estrés de la juventud trans y sus familias se ha disparado, haciéndonos revivir momentos que ya creíamos superados en sociedades democráticas, un déjà vu de la persecución que hemos vivido en otros tiempos históricos contra poblaciones vulnerables, minorías étnicas y ahora, las personas trans.
Una estrategia política, que se les ha ido de las manos. Si bien la relación directa con la entrada de Podemos en el Gobierno y que el Ministerio de Igualdad sea liderado por una mujer joven que representa a un feminismo más transversal e inclusivo, ha sido algo que no han podido soportar las mujeres del PSOE, que ven cómo han perdido el control del feminismo institucional. Esto unido a que el PSOE ha gobernado en clave electoralista, impidiendo y poniendo trabas a las iniciativas y políticas que provienen de Unidas Podemos, para impedir que la población celebre los beneficios de políticas públicas que supongan mejorar las condiciones de vida económicas, sociales, culturales, así como la garantía de derechos para las mujeres y el colectivo trans y LGTBIQ+, en definitiva, para que nuestro país sea un mejor país para toda la ciudadanía.
Los bloqueos han sido una constante, el proyecto inicial que el Ministerio de Igualdad consensuó con los colectivos trans en una voluntad democrática, de escucha activa del sujeto político y que nació fruto del esfuerzo de varios meses de trabajo en la mesa trans, habilitada por igualdad para ello, recibió la oposición frontal de la entonces vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, que haciendo abuso de sus competencias, entre las que estaba dar paso de los asuntos a tratar por el Consejo de Ministros, impedía una y otra vez la entrada de la ley trans en el mismo, para su aprobación.
Las personas trans tuvimos, de nuevo que poner nuestra vida en juego para mendigar derechos, ante la huelga de hambre que iniciamos junto con las familias, los grupos parlamentarios de ERC, Compromis, CUP y Más País registraron el mismo texto de ley trans del Ministerio de Igualdad. Estos grupos nos brindaron la capacidad de tomar la iniciativa política y llevar a cabo una estrategia de desbloqueo fundamentada en “ganar perdiendo”, sabíamos que existían muchas posibilidades de que el PSOE contribuyera a tumbar la ley trans en el Congreso y así fue, pero en esa celebrada victoria del sector anti-derechos trans, comenzaron a perder la guerra. Se había hecho la luz en las hasta ahora, maniobras orquestales en la oscuridad y los taquígrafos iban a toda máquina.
La sociedad y el colectivo LGTBIQ+ estaban presenciando el espectáculo antinatural de un PSOE retratado junto a VOX y PP en impedir el reconocimiento y avance en derechos para las personas trans. Al poco tiempo, al PSOE se le impidió su marcha en el orgullo, en medio de abucheos. Carmen Calvo fue cesada como vicepresidenta. Ese fue el saldo, entre uno de los colectivos más vulnerables y débiles de nuestra sociedad y una de las mujeres más poderosas de la misma. Sin duda, es un motivo para la esperanza.
Sin embargo, la gran fuerza de negociación que habíamos conseguido, en ese momento para el Ministerio de Igualdad, con la indignación social y el foco apuntando al PSOE, fue disminuida y en gran parte dilapidada por el beneplácito de colectivos LGTBIQ+ históricamente filosocialistas a sentarse con Carmen Calvo a bendecir en los despachos, los recortes del PSOE a una ley que habíamos ganado las personas trans, como siempre, poniendo el cuerpo. Así, de una ley trans especifica, se paso a la fusión en una sola ley generalista de las dos leyes firmadas en el pacto de Gobierno, la Ley Trans y la Ley LGTBIQ+, quedando el reconocimiento de derechos de las personas trans en solo 3 páginas, donde quedaba fuera el reconocimiento del derecho a la identidad de menores de 14 años, personas no binarias y migrantes trans.
Finalmente, y tras pasar los informes preceptivos, teníamos un texto aprobado por el Gobierno en junio de 2022, y que esperábamos mejorar en su trámite de enmiendas para no dejar fuera a nadie.
El Gobierno anuncia el trámite urgente y al amparo de la ley, da facultad legislativa a la Comisión de Igualdad del Congreso de los Diputados. De nuevo no se hace esperar la reacción, de manera organizada empieza la campaña para derribar la ley, con la difusión de bulos, con la presión política de organizaciones de mujeres que son y han sido parte de la red clientelar de PSOE, en las que tienen una influencia decisiva “cuasi militar” Amelia Valcárcel, miembro del Consejo de Estado, Alicia Millares, filósofa y profesora de la UNED, Carmen Calvo, exvicepresidenta del Gobierno, sin olvidar a Ángeles Álvarez, exportavoz del PSOE en la anterior legislatura en la Comisión de Igualdad, que ha asumido el rol de “agitadora”, liderando la “asociación” contra el borrado de las mujeres, teatralizando varias protestas, todas sin apenas asistencia pero gran repercusión mediática.
El PSOE, en ánimos de marcar distancias de cara a la galería, el pasado 6 de octubre y en línea con todos los grupos políticos favorables a los derechos trans y LGTBIQ+, vota en contra de la propuesta de enmienda a la totalidad a la ley trans, presentada por VOX y PP. Pero seguidamente inicia de nuevo un bloqueo a la misma, pidiendo aplazamientos al inicio del trámite de enmiendas, semana tras semana, con los votos a favor de VOX y PP, provocando el abandono del partido de Carla Antonelli y desatando la indignación y protestas de los colectivos trans aglutinados en la Federación Plataforma Trans, familias y aliades LGTBIQA+, que convocaron una multitudinaria manifestación el pasado 22 de octubre en Madrid. Como respuesta, el PSOE, anuncia que la autodeterminación de la identidad sexual no se tocará y que sólo propondrán enmiendas para mejorar el texto, algo inusual, el propio partido mayoritario del Gobierno, bloqueando y ahora enmendado al propio Gobierno.
Pero vuelven a incumplir su palabra y ante el anuncio de un nuevo aplazamiento, por tanto, seguir con el bloqueo, el 28 de octubre más de 200 personas se concentran ante la sede del PSOE en Ferraz, para protestar por esta nueva dilatación del tiempo.
En el mismo día de la concentración, se filtra a la prensa el contenido de las enmiendas que PSOE finalmente ha presentado, las mismas golpean el corazón de la autodeterminación, recortan derechos a las infancias y adolescencias, imponen filtros y restricciones basadas en prejuicios que perpetúan el estigma sobre las personas trans, a las que se les trata per se como personas no fiables, de dudosa credibilidad y con tendencia al fraude. Algo altamente discriminatorio, inconstitucional, que contraviene sentencias del TEDH, la postura de instituciones de defensa de los derechos humanos del Consejo de Europa y la Unión Europea, además de los tribunales Constitucional y Supremo de España, que se han pronunciado sobre lo incuestionable del derecho a la identidad para todas las edades.
A pesar de toda esta “cruzada” contra las personas trans, la sociedad, la juventud y las mujeres, en su inmensa mayoría están a favor de la igualdad de las personas trans. El intento de torcer el apoyo social al reconocimiento y avance en nuestros derechos a través de una ley que venga a reparar tantos años de discriminación y nos ampare, por fin, bajo el paraguas de la constitución, ha dado como resultado el efecto contrario, ha situado la ley trans en un lugar preeminente y ha reforzado la convicción de la ciudadanía en que un país que no deje atrás a nadie es el mejor país para todos, todas y todes.
Quiero agradecer, desde estas líneas, a todas las personas que nos acompañáis, tenéis que estar orgullosas por que habéis dado un paso al frente contra la injusticia y violencia que nos está golpeando a las personas trans en esta cruzada de odio emprendida por una oligarquía que nos utiliza para aferrarse a sus privilegios.
Hoy todas las personas que nos acompañáis, tenéis que estar orgullosas, porque vuestro paso al frente es el verdadero orgullo.