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Entrevista a la presidenta de la Federación Plataforma Trans.

Fuente (editada): cuartopoder | María F. Sánchez | 26 de junio de 2020

Si hay un colectivo que conozca bien cómo funciona la opresión y la discriminación es el de las personas trans. Mar Cambrollé es una de las pioneras en la lucha LGTBIQA+ en los albores de la democracia, tras la severa represión de la dictadura. Fue fundadora del colectivo Movimiento Homosexual de Acción Revolucionaria (MHAR) y organizó la primera marcha por la libertad sexual en 1978 en Sevilla, solo un año después de la histórica manifestación de Barcelona, la primera marcha homosexual en España. La presidenta de la Federación Plataforma Trans tiene un largo historial de lucha. En cuartopoder la entrevistamos poco antes de la jornada que conmemora el Orgullo y unos días después de la publicación de un polémico argumentario del PSOE que cuestiona la identidad sexual y arremete contra la teoría queer.

– El argumentario del PSOE, firmado por Carmen Calvo y José Luis Ábalos, habla de los peligros de “la identidad de género” porque afectaría a las mujeres como sujeto político de derechos. Es algo que vienen advirtiendo algunas feministas. ¿Por qué es una ofensa para las personas trans?

– Nos parece que es el trabajo teórico que viene realizando sobre el colectivo trans la ultraderecha. El argumentario intoxica con una perversa dicotomía entre lucha feminista y lucha trans, que está lejos de la realidad. Creo que el movimiento feminista está de nuestro lado. Este documento está realizado por mujeres que tienen el privilegio de haber podido acceder a estudios académicos. Ocupan puestos de poder, cargos orgánicos y nada tienen que ver con el sufrimiento de una ama de casa, una mujer trabajadora, una mujer de barrio, una mujer racializada, una mujer gitana. Estas otras mujeres, desde su opresión real, entienden nuestra opresión. No hay conflicto entre el feminismo y el colectivo trans y LGTB. Se ha usado el nombre del feminismo para este ataque brutal que hemos sufrido las personas trans. Creo que es el ataque más feroz a las personas trans desde la entrada de la democracia, solo comparable con los ataques recibidos en el franquismo.

– El documento advierte sobre los peligros de la teoría queer, que entiende la identidad sexual y de género como una construcción social. ¿Qué tiene que ver la teoría queer con los derechos de las personas trans?

– La ultraderecha ha hablado siempre de ideología de género y ahora ha sido sustituida por teoría queer. Ambas afirmaciones pretenden deshumanizar a las personas trans porque hablan de lo etéreo, de algo ajeno, e invisibilizan la vida de las personas trans, las circunstancias que les rodean a la hora de ser discriminadas. Cuando recibí la primera paliza de mi padre a los seis años, yo no había estudiado la teoría queer. Hay que saber que la teoría queer es un pensamiento filosófico y teórico que tiene lugar en el mundo académico y universitario. Son ellas, mujeres privilegiadas, feministas de cartón piedra y bolso de Louis Vuitton, quienes la entienden.

– Las personas trans venís reclamando una nueva ley estatal que proteja al colectivo. ¿Qué es lo que falla en la ‘ley trans’ de 2007 del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero?

– No solamente reivindicamos que es insuficiente la ley de 2007. Los colectivos ya dijimos en aquel momento al Gobierno que era una ley insuficiente, que abordaba un aspecto necesario que es el derecho a la identidad, pero dejaba sin resolver el acceso al mercado laboral, el acceso a la educación, el acceso a la atención sanitaria… Venimos pidiendo una ley transversal. En 2019, la ley de 2007 ha sido declarada inconstitucional por excluir a las personas menores -del cambio registral de su identidad sexual- .

En ese mismo año, el Supremo se pronuncia sobre los requisitos del punto 4, que obliga a aportar un informe médico donde se diga que tenemos «disforia de género» y se acredite que no tenemos ninguna patología mental. Según el Tribunal Supremo esto podría vulnerar y atentar contra la dignidad de las personas. No es que el colectivo diga que la ley es obsoleta e insuficiente, sino que cuenta con una sentencia del Constitucional. Entra en colisión con las directivas europeas, que establecen que el Estado debe reconocer la identidad legal de las personas trans y que esto debe ser un tramite administrativo, sencillo, nunca judicial, gratuito, transparente y rápido, que no exija ningún tipo de peritaje judicial ni médico y que no tenga limitación de edad. Así esta recogido en legislaciones como Luxemburgo, Malta, Canadá, Reino Unido. En el Estado español también tenemos siete u ocho comunidades con legislaciones trans, otras LGTBI, que no legislan sobre la identidad legal porque eso es una competencia estatal, pero ya reconocen la despatologización de las identidades trans y el principio de autodeterminación de la identidad sexual.

– ¿Cuáles son los mayores obstáculos que se encuentran las personas trans a la hora de obtener la igualdad real?

– Nosotras no estamos en paro, estamos excluidas del mercado laboral. Así lo afirma la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Es una de las cosas que más nos pesan, pero también hay que cambiar el modelo de atención sanitaria, adecuándolo al marco jurídico internacional, como recomienda la propia OMS cuando despatologiza la transexualidad en 2018. La Convención del menor también habla del libre desarrollo de la personalidad, pero no se está permitiendo el libre desarrollo de la personalidad de las personas menores trans. Otro tema que hay que resolver es el tema de la educación. No es posible que haya criaturas que se vean excluidas cuando estudien el cuerpo humano. Solo se enseñan que existen dos cuerpos normativos, pero ¿dónde están los nuestros? Los cuerpos de las personas trans existen y han de ser visibilizados.

– ¿Hay diferencias entre la opresión que sufren las mujeres trans y los hombres trans?

– Claro que sí. Esto desmonta ese discurso de odio hacia las mujeres trans. Habla la voz amplificada del patriarcado cuando se nos dice que las mujeres trans no somos sujetos de opresión. A las mujeres trans nos atraviesan todas las violencias. Si yo salgo a la calle a las 4 de la mañana, no voy a correr el mismo riesgo que un hombre. La violencia por cuestión de género nos atraviesa a las mujeres trans. Negarlo es solamente abrir la veda para que nos sigan asesinando y maltratando. Además, hay mucha ignorancia, desde 2006 las personas trans podemos entrar en los módulos de mujeres y viceversa. Que yo sepa no ha habido ninguna violación. Me duele esta manipulación.

– En el argumentario del PSOE, así como determinadas voces feministas, entienden que la transexualidad existe cuando hay disconformidad con el sexo con el que se nace, aunque arremeten contra la “identidad de género” por “desdibujar la categoría de mujer”. Algunas solo admitirían a las mujeres trans que se operan para modificar sus genitales.

– No es la primera vez que se usa la Ciencia para justificar aberraciones. Se ha vestido la Ciencia para decir que la homosexualidad era un desvío o para decir que las mujeres eran inferiores a los hombres. A ti no te agreden por tus genitales, a ti te agreden por ser mujer. Si no, ¿por qué sufrimos las mujeres trans la misma agresión aun teniendo genitales diferentes? Hace dos años Suecia ha sido condenada por el Tribunal Europeo de los Derechos Humanos a indemnizar a todas las personas a quienes obligaron a operarse para obtener la identidad. Es una brutalidad, algo de manual de Vallejo-Nájera. Los sistemas de opresión de todo el mundo han necesitado siempre tres pilares: la moral transmitida por los fundamentalismos religiosos, la legislación para castigar de una manera legal y la Ciencia. Por eso nos ponían electroshock, por eso había terapias de aversión, por eso se ha operado a las criaturas intersex sin escuchar cuál es su verdadera identidad… Se nos ha querido meter con el calzador de la cisnorma en lugar de abrazar lo bonito que somos como parte de la diversidad. Las personas trans no venimos borrar al sujeto mujer, es imposible que el 1% de la población vaya a eliminar a la mitad de la población. Venimos a engrandecer el sujeto mujer desde nuestra inmensidad.

– Eres una activista histórica por los derechos de las mujeres trans. Estabas en esas primeras movilizaciones por el orgullo LGTB en el inicio de la democracia. ¿Siempre ha existido esta dicotomía entre parte del movimiento feminista y el movimiento LGTB o trans?

— No. Ellas quieren establecer esa dicotomía entre el movimiento feminista y el movimiento trans. Este año ha habido algún ejemplo ensordecedor y las mujeres feministas hemos salido junto a las mujeres trans, como siempre ha sido. En el 79 en en las Jornadas Feministas de Granada las mujeres trans fuimos abrazadas desde el movimiento feminista. Hay unas causas históricas que nos unen, no son luchas paralelas. Hace tan solo cuatro décadas la mujer necesitaba que un notario acreditara el ejercicio de sus derechos. Esa es la situación que vivimos las personas trans. Para que se me considere mujer, es un equipo médico quien me tiene que acreditar. La libre autodeterminación sexual es la demanda histórica que nos une a ambos movimientos, es el grito de “mi cuerpo es mío, yo decido». Esa demanda histórica nos condena a ir juntas de la mano porque el patriarcado y el machismo ha hecho de nosotras sujetas de no derechos. Precisamente las mujeres que han vivido esa situación, desde la empatía deberían comprender que no estamos pidiendo restarle derechos a nadie, sino que se nos reconozca como sujetas de derechos, como con las mujeres.

– Presides la Plataforma Trans. Ahora también se involucran en la lucha por los derechos trans las familias con menores. ¿Qué se ha conseguido y cuál es el siguiente paso?

– Por primera vez familias y colectivos trans somos una piña a la hora de defender nuestros derechos. La única forma de que todo lo que me ha pasado en la vida sirva para algo es que las generaciones de mañana no tengan que pasar lo que he pasado yo. En esta lucha tenemos a las madres. Las madres están junto a nosotros para que mañana su descendencia no pague el mismo precio que hemos pagado. Ya hemos pagado suficiente, con la cárcel, con ser expulsadas de los hogares… Ahora estas criaturas son abrazadas con amor y acompañadas por sus familias. Ese salto que hemos dado a nivel sociedad, desde la docencia, desde la Psicología, desde el trabajo social… Ha habido una gran incidencia del activismo trans y lo único que se está resistiendo ahora es el aparato político porque lo están frenando cuatro privilegiadas.