Si no apoyas a la gente negra, a las mujeres trans, a las trabajadoras sexuales y a las personas que viven con VIH, no estás celebrando el Orgullo.
Fuente (editada): 20 minutos | Charo Alises | 03 DE JUNIO DE 2020
Negra, travesti, empobrecida, prostituta, VIH positiva, modelo, drag y activista LGTBIQ+. Nació en Nueva Jersey, Estados Unidos, el 24 de agosto de 1945. Fue una de las activistas más destacadas por los derechos de las personas LGTBIQ+.
A los cinco años Marsha empezó a usar vestidos, pero tuvo que dejar de hacerlo por las agresiones de algunes niñes. Con trece años fue violada por otro menor. En esa época ella no sabía nada sobre las personas LGTBIQ+.
Con 18 años, una maleta de ropa y quince dólares en el bolsillo, se marcha a Nueva York.
No eran tiempos propicios para la disidencia sexual. Aunque el Estado de Nueva York había cambiado la sodomía de un delito a una falta, la homosexualidad seguía siendo criminalizada, Las personas homosexuales no podían bailar juntas y estaba prohibido servirles alcohol en los bares. Vestir ropa considerada de otro sexo podía suponer una acusación de desviación sexual.
Reina Callejera muy conocida en la ciudad de Nueva York, Johnson fue una de les activistas más destacadas en los enfrentamientos con la policía durante los disturbios de Stonewall, ocurridos durante la madrugada del 28 de junio de 1969. De hecho, se relata que fue ella quien tiró el primer ladrillo a la policía. Esta revuelta sentó las bases de la lucha por los derechos civiles de las personas LGTBIQ+ en Estados Unidos y en el resto del mundo. En 1970, Marsha fue una de las caras visibles de la primera marcha del Orgullo celebrada en Nueva York.
Johnson, y su amiga Sylvia Rivera, preocupadas por les jóvenes trans sin hogar, cofundaron a principios de los setenta la organización Street Transvestite Action Revolutionaries (STAR; Acción travesti revolucionaria callejera); juntas eran una presencia visible en las marchas a favor de los derechos de las personas LGTBIQ+ y participaban en otras acciones políticas radicales en defensa de diferentes causas sociales.
Junto con Rivera, Marsha era madre de la Casa STAR, recogiendo ropa y comida para ayudar a las jóvenes drag queens, mujeres trans y chiques sin hogar que vivían en los muelles de la calle Christopher.
En la década de 1980, continuó su activismo en la calle como organizadora de ACT UP, acrónimo de AID Coalition to Unleash Power, un grupo de acción directa creado en 1987 para llamar la atención sobre la pandemia del sida y las personas que lo padecían, con objeto de conseguir legislaciones favorables, promover la investigación científica y la asistencia a quienes lo sufrían, hasta conseguir todas las políticas necesarias para alcanzar el fin de la enfermedad.
Cuando un juez preguntó a Marsha, ¿Qué significa la ‘P’ del nombre?; Johnson contestó: Pay it No Mind (No le hagas caso). Esta frase se convertiría en su distintivo.
En 1974, Andy Warhol la fotografió como parte de una serie de polaroids titulada Señoras y Caballeros, que se centraba en drag queens. Marsha también era miembro de la troupe de travestis y drag queens de Warhol, Hot Peaches, que ha sido comparada con otra similar de San Francisco, The Cockettes.
En julio 1992, encontraron el cuerpo de Marsha flotando en el río Hudson, no lejos del muelle del West Village, poco después de la Marcha del Orgullo. La policía consideró la muerte un suicidio. Las amistades y seguidores de Johnson dijeron que no tenía tendencias suicidas, y una campaña de pósteres más tarde afirmaba que Marsha había sido acosada el día de su muerte cerca de donde se encontró su cuerpo. Los esfuerzos para conseguir que la policía investigase la causa de la muerte fueron infructuosos. Después de una fuerte campaña dirigida por la activista Mariah López, en noviembre 2012, el departamento de policía de la Nueva York reabrió el caso como un posible homicidio.
Las amistades cercanas de Johnson la consideraban una persona profundamente espiritual, que atendía a todas las iglesias y templos y regalaba lo poco que tenía para ayudar a las personas que malvivían en las calles.
Sólo dos días antes de su muerte, Marsha fue entrevistada extensamente sobre su vida. La entrevista forma el núcleo del documental de 2012, Pay it No Mind: The Life and Times of Marsha P. Johnson, dirigido por Michael Kasino y Richard Morrison.
En el lugar del río Hudson donde se recogió su cadáver se ha instalado una fuente en su memoria.