Boys Don’t Cry ha sido catalogada de forma errónea como una película lésbica, lo que supone invisibilizar al hombre trans
Fuente (editada): HOMOSENSUAL | Iván Rayas | 8 de octubre de 2020
Boys Don’t Cry (Los chicos no lloran, 1999) es una película biográfica —muy aclamada por el cine independiente— que cuenta la historia de Brandon Teena, un chico trans que, tras la muerte de sus progenitores y envuelto en un ambiente inseguro, decide huir de su pueblo y establecerse en otro donde podrá ser él mismo.
Brandon comienza a meterse en problemas cuando inicia su romance con Lana, la chica bonita del pueblo. Cabe mencionar que Brandon se siente en un lugar seguro, pero todavía no cómodo para confesar a las personas que le rodean que es trans, cosa que tampoco tendría que hacer, pero yo no soy el guionista.
OJO: si no has visto la película, este artículo contiene spoilers.
Boys Don’t Cry cuenta la historia real de Brandon Teena, un chico trans
Conforme crece el romance entre Lana y Brandon, las cosas empiezan a ponerse más complicadas. Uno de las amistades cercanas de ambes es el exnovio de ella, un ex-convicto.
Tras cometer Brandon un delito, Lana acude a sacarlo de la cárcel y descubre que su novio es trans, ya que lo han metido en la celda de mujeres. El resto de amistades de la pareja se enteran y el ex-novio de Lana, acompañado de un amigo, decide violarlo.
Brandon pone una denuncia, pero los medios no dan atención a la violación sino al hecho de que es un hombre trans, y en todos los periódicos nombran a Brandon como mujer. La policía deja en libertad a sus violadores, y estos matan finalmente Brandon por venganza.
¿’Desestigmatización incorrecta’?
Para iniciar a hablar sobre una ‘desestigmatización incorrecta’, es necesario hablar del problema principal: Boys Don’t Cry lleva más de veinte años siendo catalogada como una película lésbica. Y sobre esto, la comunidad lesbiana no dirá que miento. A lo largo de los años en los que se ha buscado películas en las que haya un poquito de representación lésbica, se ha encontrado esta película enlistada cientos de veces. Y lo sé porque estuve ahí.
Hasta cierto punto, se comprende que en 1999 y principios de los 2000 haya sido mal catalogada, ya que todavía no éramos socialmente cercanes a la temática trans. Y, mucho menos, a los hombres trans, que sólo recientemente comenzamos a tener visibilidad. Tampoco debería resultar conflictivo que algunas chicas sintieran empatía con Brandon Teena, pues sigue siendo un personaje incomprendido dentro de la pluralidad LGBTIQA+. Y el hecho de ser protagonizado por una actriz cis, fija el estereotipo en la percepción de que en realidad un hombre trans es una mujer que «se cree» hombre. Este es uno de los motivos para exigir que los papeles de personas trans sean interpretados por actores y actrices trans.
Sin embargo, este silenciamiento de la palabra que verdaderamente lo define: TRANS, ha invisibilizado al colectivo. También ha entorpecido la búsqueda que muches tenemos para llegar a nuestra propia concepción y al entendimiento de nuestra identidad sexual.
Catalogar en la letra correcta
Repito: por cuestiones de sociales podemos entender —aunque no se justifica— que en 1999, año en que fue lanzada, Boys Don’t Cry fuera mal catalogada. ¡Fue hace veintiún años! Pero es inconcebible que en pleno 2020, en algunos sitios de internet se catalogue al film de manera incorrecta y se traten a Brandon como mujer.
Es importante mencionar que esta película no solo ha sido catalogada como lésbica por incomprensión del tema o por falta de información. Basta googlear ‘boys don’t cry sinopsis’, para toparnos con cientos de blogs y páginas dedicadas al cine donde encontramos un discurso lleno de transfobia. Algunos espacios incluso describen el film como «una película protagonizada por una chica que se cree chico».
Google es el buscador más utilizado en todo el mundo. Por ello, es preocupante que cuando buscas el nombre de la película, Google nos diga que Boys Don’t Cry trata sobre la vida de «Teena Brandon (sic), una joven que fue violada y asesinada en 1933 tras fingir que era hombre». ¡Se llamaba Brandon, Google, no Teena! Y era un hombre trans, no una chica que ‘fingía’ ser hombre.
Brandon Teena no fue «una chica trans»
Por poner un ejemplo más, que demuestra el desconocimiento y la falta de respeto de parte de la comunidad lésbica hacia las identidades trans, en un blog llamado Lesbosfera aseguran que la película trata de «una chica en medio de una crisis de identidad». Y luego dicen que Brandon era «transexual», cosa que no tiene sentido alguno, sobre todo si indican que «Teena Brandon» fue «una chica».
Todavía hay mucho que reflexionar sobre estas películas que a lo largo del tiempo han estado en un estante cercano, pero no en el indicado. Que un colectivo particular pueda sentir cercanía con un personaje que ha pasado por represiones similares, no excluye el hecho de poder tomar esa cinta y ponerla en el estante correcto. Mucho menos cuando se trata de una obra biográfica que —torpemente, hay que admitir— fue creada para concienciar a la sociedad sobre los casos de transfobia que recorrían (y recorren aún) los Estados Unidos.
Es importante reflexionar sobre que esta exclusión e invisibilización no solo es por esta película, sino también por Brandon Teena, que fue un hombre trans que existió y al cual se le invalida cada vez que le nombramos como mujer y como lesbiana. Del mismo modo que se viene haciendo con las biografías de tantos hombres trans de épocas más antiguas, a los que se les sigue tratando como mujeres en pleno siglo XXI.
En la lucha contra la transfobia todavía queda mucho camino por recorrer y, aunque poco a poco se está logrando, nunca está de más reivindicar estas historias que pueden ser el primer acercamiento de alguien hacia el entendimiento de su identidad.
Aunque muchos medios ahora hacen énfasis en que la historia de Brandon Teena —contada en la película Boys Don’t Cry— trata sobre un hombre trans, aún hace falta que la mayoría la catalogue de forma correcta.