Querida y respetada por el activismo de la diversidad sexual, Lohana Berkins fue un ejemplo de lucha. Un breve repaso para entender su pelea y conocer la historia de una incansable luchadora de los derechos de las personas trans, travestis y transexuales.
Fuente (editada): LA IZQUIERDA DIARIO | Tomás Máscolo | 5 de febrero de 2020
“Yo soy travesti, aunque mi DNI diga `mujer´. Yo soy Lohana Berkins: travesti. Si no seguimos aceptando que los genitales nos dan la identidad. El travestismo rompe con eso. Nos construimos”
Se cumplen cuatro años de la muerte de esta activista clave para la historia de la diversidad sexual de Argentina y también para el movimiento de mujeres. ¿Por qué fue y es tan importante? En esta nota te lo contamos.
Nunca es fácil la vida de una travesti, no es fácil porque rompe con lo impuesto desde que nacemos. La Iglesia se encarga de mantener ese binarismo de género donde el único destino que tienen las personas para con su identidad es la de ser varón o mujer. Los Gobiernos, cómplices activos y económicos de esta institución dejan que los discursos reaccionarios estén a la orden del día. Como Bergoglio que llama a las personas trans como «bombas nucleares».
Esa violencia se reproduce en otros aspectos de la vida, los medios de comunicación se encargan de posicionarnos en la parte de «policiales» y vinculan a las travestis y las personas trans como la escoria de la sociedad.
Sí, existe un promedio de vida de entre 35 y 40 años, no existe fácil acceso laboral y la gran mayoría no termina la secundaria. Pero eso no quita que las personas que eligen construir su identidad fuera del cinturón de la heteronorma no puedan realizar sus sueños y pelear por ellos.
“No hay que aceptar nuestra condición de víctimas. Entiendo que somos víctimas de un sistema, por eso hay que cambiar el sistema, mediante una lucha colectiva porque compartimos la desigualdad y la opresión”, dijo Lohana, esta frase la llevo anotada de una charla que dio en uno de los Encuentros de Mujeres, no recuerdo si el de Posadas o Paraná, pero tampoco importa mucho.
Con esas palabras muchas jóvenes mariposas entendieron que todos los problemas que tienen las personas trans pueden ser superados, que cada lágrima que derraman, cada golpe recibido, cada “no”, puede ser desterrado por nuestra fuerza, sobre todo si la unen.
«En un mundo de gusanos capitalistas, hay que tener coraje para ser mariposa”, era la frase que empuñaba en alto Lohana Berkins y que es una bandera de la diversidad sexual Argentina.
Además de integrar la Asociación de Lucha por la Identidad Travesti y Transexual (ALITT), estuvo al frente de la Oficina de Justicia, Identidad de Género y Orientación Sexual del Observatorio de Género en la Justicia. Cada año dio una pelea intestina contra la Comisión Organizadora del Encuentro Nacional de Mujeres para poder participar.
Hasta sus últimos días militó por las personas trans, impulsora de la Ley de Identidad y creadora de Reconocer es reparar, fue pionera en dar una gran lucha para que en los Encuentros de Mujeres pudieran participar las travestis y transexuales.
La historia de la mariposa
“Mi lucha empezó cuando era chica, sentí que quería ser alguien que mi ámbito familiar, la sociedad y la escuela me dijeron que no”. Así también empezó su lucha, la historia de la resistencia de una de las activistas travestis más reconocida de nuestro país.
Nació en Salta en la década del ´60, a los 14 años se vino a Buenos Aires para probar su suerte ya que huyó de su casa. Al igual que el 80% de las travestis en Argentina tuvo que subsistir prostituyéndose.
Fue en Capital Federal que conoció a las militantes de la Asociación de Travestis Argentinas (ATA), cuando participó –como integrante de la Asociación de Meretrices de Argentina- en la IIIª Marcha del Orgullo de 1994. Fue a través de ellas y de Carlos Jáuregui –conocido dirigente del movimiento gay- que empezó a reconocer la importancia de organizarse en torno a su identidad sexual y pelear por la visibilidad y el reconocimiento de las personas trans. Así fundaron, junto con otras compañeras, la Asociación de Lucha por la Identidad Travesti y Transexual (ALITT).
Lohana fue, además, asesora de la legisladora porteña Diana Maffía y fue candidata a diputada nacional en el año 2001 en el Partido Comunista. “El sistema nos ha excluido siempre y nosotras no queremos que nos integre desde el morbo del talk shaw. Nosotras queremos entrar en el sistema. Que la gente también pueda votar a una travesti sería lo más sano que le podría pasar a esta política enrarecida”, declaró por ese entonces.
“En esa lucha entre justicialistas y radicales nosotres quedamos como el pato de la boda. Es lamentable que un hombre, para satisfacer la moral media e hipócrita de una sociedad, para que se lo agradezcan en las urnas, sostenga una postura a costillas del encarcelamiento de muchas personas y del delito de la policía. Porque por ese discurso y esa postura la policía continuará con los mismos niveles de corrupción, metiéndonos presas y coimeando para llegar al ingreso extra que siempre tuvieron”, afirmaba sobre De La Rúa.
Fue ese año también que mediante un escrito de ella manifestó que salir a las calles era fundamental. “Cuando canté que se vayan todes, era una ciudadana más”, dejando ver cómo no solamente peleaba por los derechos de las personas trans, sino que su militancia era comprendida de forma integral.
En 2008, creó la Cooperativa Textil Nadia Echazú. En 2010, junto con otres activistas de diversas organizaciones, conformó el Frente Nacional por la Ley de Identidad de Género, que impulsó la sanción a nivel nacional de la ley aprobada dos años más tarde. Esta fue la primera Escuela Cooperativa para Travestis y Transexuales.
En 2011, fue premiada como Personalidad Destacada de los Derechos Humanos, en la Legislatura porteña. En 2013, fue designada para presidir la Oficina de Identidad de Género y Orientación Sexual, que funciona bajo la órbita del Observatorio de Género en la Justicia de la Ciudad de Buenos Aires.
Una eterna desobediente
“Somos traidoras del patriarcado y muchas veces pagamos esto con nuestra vida. (…). El patriarcado nos castiga por ‘renegar’ de los privilegios de la dominación que nos adjudican los genitales con los cuales nacemos. Las mujeres se sienten muchas veces con un sentimiento de invasión, de usurpación de la identidad. Por el otro lado, sufrimos la violencia institucional, aplicada en aras de salvaguardar la moral, las buenas costumbres, la familia, la religión. Esta violencia es consecuencia de otra, la social, y nos es aplicada por atrevernos a desafiar el mandato social de lo que tenemos que ser y hacer. A diferencia de gays y lesbianas, las travestis no tenemos opción en cuanto a nuestra visibilidad. No podemos elegir no decir a nuestras familias qué somos o queremos ser, no podemos elegir cuándo salir del closet”, señala en su artículo “Un itinerario político del travestismo”, publicado por Diana Maffía en la compilación Sexualidades Migrantes, Género y Transgénero.
A pesar de las diferencias política e ideológicas su lucha no fue menor, fue pionera en ponerle el cuerpo a las demandas democráticas históricas de la diversidad sexual. Hace cinco años que tenemos Ley de Identidad, pero aun hoy decimos que la Igualdad ante la Ley no es la igualdad ante la vida.
Al calabozo no volvemos nunca más
En una encuesta realizada por Lohana Berkins, entre 600 travestis del cono urbano, arrojó que el 83,3% reconoció haber sufridos abusos por parte de la policía, un 82,7% fue detenida ilegalmente alguna vez, un 57,9% fue golpeada por personal policial y la mitad de las encuestadas fue violada. No es menor recordar que es la figura que se aplicó para el caso de Santiago Maldonado, la de flagancia es la que aun sigue vigente en los Códigos de Contravención actuales.
La persecución de las fuerzas represivas hacia la comunidad LGBTI no es nueva, tiene décadas de historia. Se mantuvo durante el kirchnerismo, y el macrismo que hace gala de la política de “inclusión” con eventos dedicados a las empresas del turismo gay-friendly, la profundizó como parte de controlar a los sectores que más se verán afectados por su plan de ajuste y reformas al servicio de las grandes empresas.
A cuatro años de su muerte, se realizará hoy una jornada político cultural para homenajear a la activista travesti llamada «Celebrándote Lohana». Será a las 17 horas en la Fundación Mercedes Sosa, Humberto Primo 378, San Telmo. En diálogo con La Retaguardia, una de las compañeras de militancia de Lohana, Florencia Guimaraes García, relató: «Esta vez nos toca con esta jornada político cultural. Hace 4 años venimos recordándola de diferentes maneras. Esta vez será con actividades artísticas, que también son políticas. El título tiene que ver con una canción de nuestra compañera Susy Shock, que va a estar acompañándonos ese día. ’Vivan las travestis artistas, que por suerte cambiarán el mundo. Solo el arte nos hará libres’, fue el mensaje que me mandó Lohana en una ocasión. Qué mejor que homenajearla con intervenciones artísticas que ella disfrutaba tanto”.
Hay que rescatar la pelea que dio Lohana, la enseñanza de que los derechos no se mendigan sino que se conquistan en las calles. Porque hay que tener coraje para ser mariposa.