Fuente (editada): MEDICAL XPRESS | 12 ENE 2022
Un reciente estudio realizado por la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford ha demostrado que las personas trans que quisieron iniciar un tratamiento hormonal y lo pudieron hacer desde la adolescencia tienen mejor salud mental que aquellas que tuvieron que esperar a la edad adulta.
Gracias a la encuesta — la más grande jamás realizada en Estados Unidos, a la que respondieron más de 27.000 personas trans en todo el país— ha permitido conocer que aquellas personas que iniciaron la terapia hormonal en la adolescencia tuvieron menos pensamientos suicidas, menos probabilidades de experimentar desórdenes desalud mental graves y menos problemas de abuso de sustancias nocivas que las personas que la iniciaron en la etapa adulta.
Aparte de las personas trans que inician su terapia en la adolescencia, les que recibieron el tratamiento fuera de esta etapa también superaron en calidad de salud mental a quienes la quisieron recibir pero no pudieron.
El tratamiento con hormonas —ya sea con estrógenos o testosterona— puede ayudar a proporcionar a quien lo recibe unas características físicas que les hacen sentirse más acordes a su identidad de género. Esta terapia es especialmente de ayuda durante la adolescencia porque quienes la reciben pueden atravesar la pubertad de una manera cómoda con el género con el que se identifican.
Jack Turban, conductor del estudio y médico con posdoctorado en psiquiatría pediátrica y adolescente en la Universidad de Stanford, destaca la importancia de estudios como este:
“Este estudio es particularmente relevante ahora porque muchas legislaturas de Estado están presentando proyectos de ley que podrían prohibir este tipo de atención médica para jóvenes trans. Estamos aportando evidencia que muestra por qué los cuidados para la identidad de género son importantes desde una perspectiva de salud mental”.
Turban es el director del estudio. El autor senior es Alex Keuroghlian, MD, profesor asociado de psiquiatría en la Escuela de Medicina de Harvard y director del Centro Nacional de Educación para la Salud LGBTQIA+ en el Instituto Fenway.
La mayor encuesta a personas trans adultas
Los investigadores analizaron datos de la Encuesta trans de EE. UU. de 2015, que recopiló respuestas de 27.715 personas trans en todo el país. Les participantes, que tenían al menos 18 años cuando contestaron, completaron extensos cuestionarios sobre sus vidas.
Debido a que hay personas trans que no desean recibir tratamiento hormonal, el estudio se centró en les 21.598 participantes que informaron que querían recibir hormonas. Los resultados se analizaron según el momento en que comenzaron la terapia hormonal: 119 comenzaron a los 14 o 15 años (adolescencia temprana), 362 comenzaron a los 16 o 17 años (adolescencia tardía), 12.257 comenzaron después de cumplir 18 años (edad adulta) y 8.860 participantes, que sirvió como grupo de control, quería pero nunca recibió terapia hormonal.
En comparación con el grupo de control, les participantes que se sometieron a un tratamiento hormonal tenían probabilidades más bajas de experimentar angustia psicológica grave durante el mes anterior y menor probabilidad de ideación suicida en el año anterior. Las probabilidades de angustia psicológica grave se redujeron en un 222%, 153% y 81% para quienes comenzaron a tomar hormonas en la adolescencia temprana, la adolescencia tardía y la edad adulta, respectivamente. Las probabilidades de ideación suicida el año anterior fueron un 135% más bajas en las personas que comenzaron con las hormonas en la adolescencia temprana, un 62% más bajas en las que comenzaron en la adolescencia tardía y un 21% más bajas en las que comenzaron en la edad adulta, en comparación con el grupo de control.
Igualmente, entre los que recibieron el tratamiento durante la adolescencia tuvieron menos probabilidades de consumir alcohol y drogas que quienes lo recibieron en edad adulta.
Aportando evidencias a la atención médica en la afirmación de género
Para Turban y el resto del equipo de investigación, este tipo de estudios son importantes para atender a un segmento de la población que generalmente se ha visto relegada de la norma social, creando un estado de infelicidad que podría terminar en hechos lamentables.
Turban reflexiona en que para quienes suministran las terapias de hormonas a personas trans estos hallazgos no representan ninguna sorpresa, pero hay muchas personas que legislan que tristemente están desconectadas de esta realidad y nunca han conocido a une adolescente trans. Es importante que conozcan las cifras que respaldan las experiencias de jovenes trans, de sus familias y de quienes trabajan en este campo.