Las casas fueron construidas en el barrio Confluencia, en la provincia de Neuquén, y entregadas a la Orden de Carmelitas Descalzas, a partir de la idea original de la Madre Superiora, Mónica Astorga Cremona.
Fuente (editada): MercedesYA | 16 de Agosto de 2020
El primer complejo de viviendas para mujeres trans a nivel mundial fue inaugurado en la ciudad de Neuquén, por iniciativa de una monja, en un terreno cedido a su monasterio por el municipio y con fondos aportados por el Gobierno provincial, una experiencia que mereció palabras de felicitación hasta del Papa Francisco.
Este “Condominio Social Tutelado para mujeres trans” cuenta con doce monoambientes que representan una solución habitacional permanente para una docena de personas trans de entre 40 y 70 años en situación de vulnerabilidad, que las recibieron en formato de comodato y serán transferidas a otras compañeras en caso de fallecimiento.
Las casas fueron construidas por el Instituto Provincial de Vivienda y Urbanismo (IPVU) en el barrio Confluencia y entregadas para su administración a la Orden de Carmelitas Descalzas, a partir de la idea original de Mónica Astorga Cremona, de 53 años, la denominada “monja de las trans”.
“Esto tiene que servir de puntapié inicial, porque si una monja pudo hacer realidad su sueño, ¡cuánto más puede hacer el gobierno!”, dijo esta madre superiora del convento de Neuquén. “Claro que cuesta: a mí me llevó tres años y creo que salió de tan pesada que soy”, cuenta entre risas, por teléfono.
Por eso, lo vivido fue tan glorioso para ella: ese día, junto al gobernador Omar Gutiérrez y el intendente Mariano Gaido (MPN), pudo cortar finalmente las cintas de inauguración del complejo “Costa Limay Sustentable”.
“¡Felicitaciones por su nuevo hogar!”, decía el texto de bienvenida que las esperaba colgado de los balcones del primer piso, con la firma de la Cooperativa de trabajo Los Amigos que construyó la obra.
Como parte del acto, la religiosa acompañó a cada una a abrir por primera vez la puerta de su nueva casa. “No podían ni agarrar la llave por el llanto, no podían creer lo que estaba pasando y recuerdo que una me dijo ‘el baño es más grande que el cuarto donde vivía’”, contó.
Se trata de un edificio de dos plantas con seis departamentos de 40 metros cuadrados en cada nivel, un salón de usos múltiples y un parque de 120 metros cuadrados para ser destinado a huerta, recreación y estacionamiento; con una inversión de 27,6 millones de pesos.
Las viviendas están equipadas con cocina y baño completo, calefacción y termotanque; además de un balcón individual o un pequeño patio interno. Astorga aclara que “no es un refugio ni un hogar trans”, sino casas que se otorgan en comodato, “como si fuera un alquiler, pero sin pagar nada y sin plazos”.
“Si cumplen con el reglamento propio de cualquier alquiler, se quedan de por vida, pero a la que no lo respete, se le da un aviso y al tercero se la saca”, explicó. Y si bien cuatro de las beneficiarias se mudaron con sus parejas, en caso de muerte sus convivientes “se tienen que ir porque la idea es que siempre esté ocupado por una persona trans”.
Al no tener que pagar y recibiendo un bolsón alimentario y una pensión no contributiva, algunas de ellas pueden subsistir sin trabajar durante esta cuarentena, mientras que otras ya están haciendo viandas y dulces o conservas, mientras esperan retomar sus trabajos en diferentes oficios, como la peluquería o el cuidado de personas adultas mayores. Una de las beneficiarias es Erika Díaz (60), quien está convencida de que “a partir de ahora mi vida será una maravilla”.