Durante el último mes la sociedad civil cubana ha realizado un conjunto de iniciativas, una respuesta necesaria ante la amenaza de la COVID-19. Dos grandes proyectos, uno en Matanzas y otro en La Habana, asisten a personas y familias trans. En menos de 30 días lograron llegar a más de 170 hogares.

Fuente (editada): tremenda nota | Leidys Hernández Lima | 14 Abril 2020

«El Estado cubano ha identificado los casos de vulnerabilidad y riesgo ante el virus, pero como la situación ha empeorado considerablemente no están siendo atendidas todas las personas que lo necesitan. A veces, la asistencia social deja de hacer su trabajo y muchas personas ancianas se quedan solas —declara a Tremenda Nota Rogelio Benavides, activista matancero.

En este contexto, grupos como AfroAtenAs y Tanscuba cobran una vital importancia. Ellos se ocupan de llevar la ayuda que estos grupos necesitan.

La Atenas de Cuba, ejemplo de proyección comunitaria

La comunidad trans se organiza en Cuba ante la COVID-19

AfroAtenAs es un proyecto comunitario radicado en Matanzas, en la barriada de Pueblo Nuevo, una de las zonas más populosas de la ciudad. Hace 11 años que realizan una labor comunitaria, y hoy se salen de sus fronteras para ayudar a más personas ante la amenaza de la COVID-19.

«Siempre que podemos, ayudamos a más grupos gracias a la cooperación de amistades que se sintieron identificadas con nuestro proyecto. Sin esta gente sería imposible realizar las acciones —explica Yoelkis Torres Tápanes, coordinador general de AfroAtenAs—. No es la primera vez que activamos nuestra fuerza para realizar las ayudas.  Cuando el tornado de La Habana también colaboramos con las personas damnificadas. En nuestra comunidad generalmente atendemos a personas ancianas que viven solas, a la infancia con discapacidades físico-motoras e intelectuales, a personas con VIH-Sida.

«Nos hemos organizado en varias etapas; llegamos a diferentes grupos y después, en la medida de nuestras posibilidades, volvemos a reincidir porque las bolsas que damos no son suficientes. Hemos entregado alrededor de 300 nasobucos y con las bolsas hemos llegado a más de 100 familias en la comunidad».

Las bolsas de las que habla Yoelkis contienen alimentos, botellas de cloro, aseo, libros y otros insumos para que la permanencia en casa sea más placentera.

«Hemos llegado a la mayoría de los grupos vulnerables que tenemos identificados, incluso hemos salido a otros espacios de la ciudad. Ayudamos a personalidades de la cultura que viven solas y a otras personas que han solicitado nuestra ayuda porque han conocido de nuestro trabajo, se han comunicado con nosotres y hemos acudido» —agrega.

Yoelkis explica que cuentan con el apoyo de la coordinación de los CDR en la provincia, de la delegada del Consejo Popular y de un puesto de mando instalado en su propio proyecto debido a la pandemia. También parte del funcionariado de la provincia, al ver el trabajo del grupo, se han acercado para apoyar.

Rogelio cuenta cómo organizan el trabajo: Cuando salen a repartir las bolsas generalmente van en grupos de tres y une de elles siempre lleva el control de lo que se entrega y a quiénes. «Es bueno saber a cuántas personas estamos ayudando».

Aunque las entregas que hacen no son suficientes para poder resistir todos los días del encierro en casa, este gesto humanitario marca la diferencia. «Hay que ver el rostro de las personas cuando llegamos a sus casas. Siempre aclaramos que no es mucho, pero para el que tiene poco cualquier ayuda es bien agradecida» —dice Rogelio.

Los casos vulnerables se enfocan más en la comunidad trans, que es el grupo más afectado porque en su mayoría están desvinculadas laboralmente, y eso implica que no posean ingresos económicos. También se dirigen a pacientes con VIH-Sida.

«En realidad tenemos muchos casos de VIH, teniendo en cuenta que Matanzas es la provincia con más casos en todo el país, pero nosotres solo hemos podido acercarnos a los más críticos. Ya son un total de 50 personas a las que hemos ayudado en toda la ciudad.

»No hay absolutamente ninguna orientación dirigida a personas con VIH, no están explícitamente contempladas en los grupos de riesgo. Hasta el momento las autoridades sólo han hablado de personas mayores, embarazadas, que padezcan de enfermedades respiratorias, infancia» —agrega este activista.

Desde la capital cubana también se ayuda a grupos trans

Red Transcuba prepara comida para ayudar en la pandemia de la COVID-19 en Cuba

Red Transcuba prepara comida para ayudar en la pandemia de la COVID-19 en Cuba

La red Transcuba de personas trans, parejas y familias, comenzó a brindar ayuda a personas mayores de 40 años pertenecientes a la red, con el objetivo de apoyar a les más vulnerables ante la situación epidemiológica que sufre el país.

Malú Cano Valladares, coordinadora nacional de esta red, explica a Tremenda Nota que «la iniciativa surge en el momento que comienza a existir el problema de la pandemia, pero en realidad para nosotres no es nuevo porque es algo que hacemos todo el tiempo. Los equipos de ayuda mutua que están conformados por parejas y familias trans se encargan de atender a las personas trans de nuestra red que necesiten asistencia en caso de estar enfermas, de estar hospitalizadas».

La iniciativa de elaborar alimentos para los grupos vulnerables de la red es posible gracias a una cotización mensualmente de las personas que forman parte de la red.

«Este dinero siempre es utilizado para ayudar a nuestras muchachas en situaciones difíciles, siempre y cuando el equipo técnico nacional de Transcuba lo autorice. Teniendo en cuenta la compleja situación ante el coronavirus y que muchas de nuestras personas de la tercera edad deben permanecer en casa, el equipo técnico nacional decidió utilizar los fondos para proveerles de alimentos ya elaborados.

«Nuestro objetivo con esta iniciativa no es ganarnos ningún mérito, sino ayudar y compartir lo que tenemos. Es por ello que también exhortamos a los gobiernos locales, organizaciones e instituciones que quieran sumarse. Las puertas de Transcuba están abiertas para la ayuda» —declara Malú.

Las personas que ahora reciben esta ayuda están sumamente agradecidas, según explica la coordinadora de la red: «Muchas de las personas trans que ayudamos son trabajadoras sexuales que ahora no tienen clientes, porque no pueden salir a la calle por temor a contagiarse. La ayuda que están recibiendo es la nuestra».

Transcuba seguirá realizando este tipo de ayudas el tiempo que pueda y mientras los recursos lo permitan. Los fondos resistirán por lo menos un mes más para poder alimentar a 60, 70 personas, quizás un poco más. Con la ayuda que están recibiendo de otras amistades podrán alargar los días.

Una de esas amistades que se unió a la campaña fue Raysel Cubanito.

«Yo soy gay, soy parte de la comunidad LGBTI de Cuba y sigo la red Transcuba en Facebook. Vi lo que estaban haciendo y me uní a la iniciativa. Compré algunas cosas y las llevé a casa de Malú. Esa fue mi forma de apoyar a nuestra comunidad. Pienso que es un deber de cada persona, no importa si eres gay, trans. Es un tema de humanidad, no sólo colaborar con nuestra comunidad, sino en todo el país, porque todes estamos siendo afectades».

Jean Sabrina Martínez tiene 41 años de edad, es estilista y trabaja como maquillista en el ICRT. En estos días es una las personas que colabora con Transcuba. Dice que su apoyo a la red le ha hecho crecer como ser humano.

«Estoy participando de manera voluntaria y ayudando en la elaboración y entrega de las comidas. Cuando está lista la comida, las muchachas pasan a buscarla, o en otros casos, nosotres se la llevamos a algunas personas que no puedan salir de sus casas. Siempre tomamos las medidas higiénicas necesarias».

La comunidad trans se organiza en Cuba ante la COVID-19

La ayuda que ofrece Transcuba no soluciona las necesidades reales de cada persona trans, ni siquiera han podido incluir a las 601 personas registradas en su red, pero sin lugar a duda el trabajo que realizan marca la diferencia. Comer cada día es una necesidad básica. Con su trabajo diario, sin descanso, la red da de comer a quien más lo necesita en estos tiempos difíciles.

Actualmente, la red perteneciente al Cenesex, cuenta con 3.600 integrantes en todo el país. En La Habana, 50 personas trans mayores de 40 años y más están vinculadas. Además de ellas, el grupo de ayuda mutua decidió proveer a muchachas que viven con VIH, por ser otro grupo vulnerable ante la COVID-19.