Con tres millones de oyentes mensuales en Spotify, una gira mundial en marcha y un segundo disco con temática de Halloween, ‘Turn Off the Light’, Kim Petras y sus temazos inspirados en las discotecas noventeras se llevan de calle el panorama pop
Fuente (editada): VOGUE | Joshua Graham | 9 DE DICIEMBRE DE 2019
La única persona que manda en la vida de Kim Petras es ella misma. Antes de que la cantante y compositora alemana empezara a hacerse conocida, las discográficas no paraban de decirle que, como artista trans, siempre sería un ‘nicho’ muy concreto. Pero en vez de encasillarse, Petras hizo caso omiso del camino convencional y lanzó su propio sello discográfico en 2016 —BunHead Records— con el que al año siguiente lanzó su primer sencillo I Don’t Want It at All.
Tomar las riendas de su carrera le permitió a esta joven de 27 años disponer de la libertad para embarcarse en proyectos más experimentales, como su segundo disco de estudio Turn Off the Light, un mixtape de terror lleno de espeluznantes temas discotequeros con mucho ritmo que lanzó en octubre de 2019, justo a tiempo para Halloween. La apuesta le ha salido bien tanto comercialmente como por la acogida de la crítica. Petras tiene 3,3 millones de oyentes mensuales en Spotify; un fandom muy entregado, conocido como ‘Bunheads’; una gira mundial (hasta febrero de 2020), para acompañar Clarity, el álbum debut que lanzó en junio de 2019, y una canción que pronto oiremos en Los Ángeles de Charlie.
La historia de Petras empezó mucho antes de que lograra triunfar en la música en Los Ángeles, donde ahora vive. Se crió en Colonia, Alemania, y los rompepistas de Madonna y Gwen Stefani alimentaron sus sueños de convertirse en una estrella del pop. Sin embargo, tras actuar en la televisión alemana a los 13 años, encontró una fama diferente como defensora de los derechos de la infancia trans. Dice que, aunque se siente muy agradecida por haber podido tener una plataforma como artista trans, quiere que esa parte de su identidad sea una nota a pie de página en la gran historia que tiene por delante.
Aprovechando el inicio de The Clarity Tour, hoy hablamos con Petras sobre las vicisitudes de ser una artista independiente, la presión de ser un modelo en la comunidad LGTBQ+ y sobre el aumento de la representación trans en la industria del entretenimiento.
Produces música con tu propio sello, BunHead Records. ¿Cuáles son las mayores ventajas y las mayores desventajas de ser una música independiente?
Kim Petras KP: Todo lo que gano lo vuelvo a invertir en mis videoclips, en las giras, en el vestuario para los conciertos… Ha sido un camino lento, pero ha valido la pena, porque ahora me toca poner muchas veces el cartel de ‘entradas agotadas’ en los conciertos de EE. UU. En esta gira actuaré en el O2 Shepherd’s Bush Empire de Londres, el espacio más grande donde he tocado. Tengo muchísimo que aprender, pero ver tantas facetas de la industria me ha convertido en mejor artista y mejor compositora.
Lo más guay es que me encargo yo de todo. Acabo de diseñar todos mis looks para la gira, también me he encargado de los bocetos artísticos de mis videoclips y todas las personas compositoras con las que trabajo suelen ser buenas amistades. Todo es muy orgánico, tengo un grupo de personas creativas a mi alrededor en quien confío y me apoyo mucho. Me siento dueña de mi destino y es una sensación maravillosa.
Has dicho que el pop es una música escapista, pero ¿no crees que canciones como Icy o All I Do Is Cry de tu disco Clarity abordan más la cuestión de cómo nos enfrentamos a nuestra emociones?
KP: Necesitaba grabar Clarity porque estaba un poco quemada de mostrar siempre esa imagen de superheroína. Quería tener un par de canciones que reflejaran cómo me siento en verdad, como persona más allá de la artista. Me sentía sola, quería que mis amistades supieran que no siempre me siento segura y que a todo el mundo le pasan esas mierdas. Esas canciones me exponen mucho.
¿Estabas nerviosa por exponerte de esa manera, sobre todo teniendo en cuenta lo mucho que se diferenciaban esos temas de tu anterior trabajo?
KP: Estaba nerviosa, sobre todo con el primer sencillo Broken. Es un bajonazo total comparado con mis otras canciones y claro que me reconcomía un poco lo que pudieran pensar mis fans. Me preocupaba que me fueran a odiar por hacer una canción lenta. Gracias a que se lo tomaron bien. Es de esos temas en los que vienen les fans y te dicen: “Esa canción me ayudó a superar una ruptura”, y eso se agradece mucho.
¿Qué hay en tu música que conecta tanto con les fans del pop de hoy en día?
KP: Yo creo que es porque no tengo miedo al pop. Para mí, los placeres culpables no existen; siempre me ha encantado escuchar pop. Es extravagante y te mete en una especie de burbuja. Escuchar esa música me ayudaba a escapar; me hacía sentir que podía olvidarme de mis problemas unos minutillos. Ahora quiero hacer lo mismo por les demás, y creo que lo estoy consiguiendo.
Ha habido un cambio en la industria del entretenimiento en los últimos años hacia un panorama con una representación más amplia. ¿Cómo ha sido tu experiencia? ¿Sientes presión para ser un modelo dentro de la comunidad LGBTQ+?
KP: Llevo toda la vida escuchando que, como artista trans, siempre iba a ser un nicho muy concreto y que nadie se identificaría conmigo. Sigue pareciéndome un sueño tener esta plataforma, me siento agradecida y feliz, es un honor poder concienciar al mundo sobre lo que es ser una persona trans. Pero no deja de ser una nota a pie de página: al público le gusta mi música y por eso me siguen.
Mucha gente quiere que sea muchas cosas, porque es la primera vez que hay una estrella del pop trans que se lo monta bien para hacer lo que le da la gana. Muchas personas quieren que sea un ser de luz, pero en mi música no lo soy, por eso mis fans se identifican conmigo. No compongo sobre la experiencia trans, escribo sobre que soy un desastre, sobre las relaciones que van mal, sobre emociones humanas y cosas que le han pasado a todo el mundo. No podemos hacer felices a todo el mundo, siempre habrá gente que se decepcione o se sienta defraudada, pero he aprendido a aceptarlo.
Tus fans están encantadísimes con tu segundo disco de estudio, Turn Off the Light. ¿Por qué crees que el Halloween conecta tanto con la comunidad LGBTQ+?
KP: Siempre me ha obsesionado mucho Halloween, es mi época preferida del año. La gente empatiza con las pelis de terror porque tratan de personas no normativas. A la comunidad LGBTQ+ nos encantan las pelis intrigantes y emocionantes.
¿Alguna película de terror te ha servido de inspiración directa para tus nuevas canciones de Turn Off the Light?
KP: Suspiria, de Darío Argento y también It Follows, de David Robert Mitchell.
¿Cuáles son tus principales influencias de estilo?
KP: Me interesan les diseñadores de moda, me trago sus entrevistas todo el rato. Martin Margiela, John Galliano, el Gianni Versace old-school y la Mugler de los noventa son les que más investigo. Y me encantan las estrellas de los años dorados de Hollywood como Veronica Lake, Tippi Hedren, Audrey Hepburn y Grace Kelly. Me inspiro mucho en el cine clásico; justo acabo de ver Un americano en París por primera vez y los estilismos son alucinantes. Luego, por supuestísimo, Debbie Harry y Madonna, especialmente en los ochenta y los noventa. Marc Jacobs fue el primer gran diseñador en invitarme a un desfile y la Semana de la Moda de Nueva York primavera-verano 2019 fue mi primera fashion week. Los desfiles de cuando Marc estaba en Louis Vuitton son una fantasía, como aquel de las enfermeras [p/v 2008] y sus colaboraciones con Takashi Murakami y Stephen Sprouse.
¿Qué lecciones has aprendido de las giras anteriores que te servirán para The Clarity Tour?
KP: He aprendido que pisar el escenario y estar con mis fans es lo más divertido. Todo lo demás es lo difícil. Soy muy perfeccionista, por lo que antes me machacaba si desafinaba una nota, pero ahora he aprendido a pasármelo bien y a no dejar que los detalles me estropeen la fiesta.