Autora: Saida García Casuso – Vicepresidenta de Euforia. Familias Trans-Aliadas
Entre la diversidad de actividades que realizamos en Euforia están las formaciones.
Formaciones en todos los ámbitos y en diversos formatos. Talleres, charlas de sensibilización, seminarios…
Quienes dedicamos nuestro tiempo a estas cuestiones somos conscientes de que cada encuentro es una oportunidad de enriquecimiento colectivo, sabemos que de cada sesión nos llevamos un aprendizaje y, sobre todo, el deseo de que nuestro esfuerzo haya servido para hacer este mundo un poco mejor, un poco menos cisexista, un poco menos asfixiante para todas las personas, principalmente para las personas trans.
Más allá de ese deseo o de los comentarios que se puedan hacer en el momento pocas veces tenemos la posibilidad de recibir un feedback meditado, masticado y digerido, escrito con esta generosidad, y por eso hoy queremos compartir esta carta.
Como decía, de cada charla, taller, formación… te llevas algo, pero también pones mucho, sobre todo energía, por eso sentimos que esta carta está dirigida a todas las personas que invierten su tiempo en formarse, repensarse y trabajar en busca del crecimiento colectivo. Para cuando estén cansadas, quemadas, agobiadas… esta carta es para vosotras también.
Saida García Casuso
ACOMPAÑAMIENTO A PERSONAS TRANS (EUFORIA)
Carta a Saida
No sabría ni cómo empezar a agradecerte tu charla de hoy sin parecer una fanática o una groupie descontrolada, pero lo voy a intentar. He disfrutado muchísimo durante toda la sesión porque creo que es imprescindible que se escuchen todas las voces y no solo las de que aquellas personas que estamos dentro del espectro de la cisheteronormatividad. Me parece tremendamente necesario que alguien venga con esa seguridad y «nos ponga las pilas» y nos haga repensarnos incluso a las que creemos ser muy abiertas y muy libres pero que directa o indirectamente estamos produciendo violencias sobre las personas trans o no binarias: ejerciendo cisexismo, sentando cátedra sobre ciertos aspectos en nombre de la inalterable ciencia (léase con sarcasmo) y otras miles de situaciones.
Agradezco de corazón tu existencia Saida, y también la de «EUFORIA» y la de las personas que formáis parte de ella. Me ha emocionado hasta el llanto el día de hoy porque cuando hablabas he podido sentir que el futuro será mejor.
El otro día en un bar me preguntaban algunas amistades si quería tener descendencia (ya estoy en una edad en la que todo el mundo siente la necesidad de preguntarme esto), y yo respondía que en principio no, y que si alguna vez se diese el caso, pienso que cuando las personas nacen no deberíamos asignarles un género basándonos únicamente en los genitales con los que nazca y que eso era una decisión que debía tomar cada cuál libremente cuando fuese más mayor. En ese momento absolutamente todas las personas con las que estaba creyeron tener una razón absoluta que defender y soltaron toda clase de improperios, ridiculizaron mi manera de pensar y de sentir y pusieron en duda todo lo que yo decía. Me hicieron preguntas de toda clase: ¿y no crees que no asignar el género es manipulación? ¿y cómo le tendremos que llamar: elle? ¿no te parece ridículo? ¿sabes que esto le hará mucho daño? y en el colegio ¿Qué vas a hacer cuando le hagan bullying? Porque sabes que si haces eso se lo harán ¿verdad? La medicina está para algo, hay enfermedades que afectan más según sea hombre o mujer ¿vas a ponerle en peligro sólo por tu forma de pensar?… todo combinado con risas y burlas continuas utilizando la «e» en frases en las que no tiene sentido del tipo: «coged las cervezas que se va a caer «le mese». En fin… una conversación (por llamarlo de alguna forma) muy desagradable.
Decidieron defender sus convicciones (algunas apoyadas en teorías académicas y científicas que yo desconocía y a las que casualmente no podían echar mano en ese momento y otras más «estilo cuñao»), y concluyeron que si yo traía una vida al mundo y no la criaba como un niño o como una niña (esto según el genital con el que naciese, por supuesto) sería poco más o menos que un monstruo de progenitora que expondría a la criatura a un sinfín de violencias y contradicciones sin ninguna necesidad. Fue un momento tremendamente hostil y eso que estaba rodeada de gente que me aprecia y me conoce, gente joven que yo pensaba que era más abierta, no era el típico contexto en el que esperas encontrarte con esa forma de pensar y actuar. No quiero ni plantearme si eso lo hubiese defendido en otros espacios más clasistas. Hoy al oírte hablar pensaba todo el tiempo: «¡Eso, eso! eso es lo que yo defiendo, ¡que bien lo transmite!». Y también me has dado esperanza en la humanidad porque el otro día acabe pensando que definitivamente no quiero traer a nadie a este mundo de mierda. Gente como tú hacéis que el mundo sea un poco más habitable.
No sé de dónde sacáis la fuerza para luchar. No sé dónde encontráis la energía para sobrevivir en un mundo que es tremendamente injusto y que pone en duda hasta vuestra existencia pero sólo puedo agradecéoslo desde el fondo de mi corazón. Estaré siempre dispuesta a luchar por cambiar lo que sea necesario para que todas las personas podamos vivir en espacios seguros. Me tendréis siempre a vuestro lado o dónde pueda resultar útil.
Gracias Saida, infinitas gracias por ser, por sentir, por tu activismo incansable y por existir.