Autora: África Fuentes
Hola, soy África, madre de Isma, une chique de género no binario, y esta experiencia ha sido la que me ha hecho ver la vida de una forma maravillosa.
El primer recuerdo que tengo es ver a Isma andando con pañales y los zapatos de flamenco de su hermana. No se caía, andaba a la perfección, lo llevaba dentro como un arte que se lleva o no se lleva.
Hemos recorrido un largo camino, en ocasiones con obstáculos en forma de prejuicios, pero mi hije Isma ha sabido echárselos a la espalda y seguir su trayectoria.
Isma hace grandes maquillajes, pinta cuadros… tiene un carisma arrollador y no cabe duda de que tiene claras las ideas desde que tiene uso de razón hasta ahora, que abandera la bandera trans y de género no binario a ultranza. Estamos hablando de una gran persona que a día de hoy tiene 12 años y su entorno tiene un criterio con respecto a elle que ya quisieran muches. Y elle tiene claro no, clarísimo, su identidad y lo que desea para sí.
Mi hije para mí es referente de vida, raro es el día que no sonríe y te da su mejor versión.
Si nos representara una persona extranjera, trans y con alguna capacidad reducida, seguramente gran parte de la población se sentiría representada, pero tenemos «personas impolutas» con su verdad de la vida en mano y con tal rigidez mental que no les entra en la cabeza una idea diferente.
Nuestres hijes dan una lección de vida por donde pasan: se caen y levantan mil veces sin mirar atrás. Y todavía dicen que una persona menor de catorce años no tiene criterio. Quizás no sepan escuchar a sus propies hijes, a quienes han instaurado las ideas en la cabeza y no les han dado potestad para opinar. Saber hablar cinco idiomas y sacar buenas notas no significa ser libres.
Isma me ha apoyado en mi divorcio y literalmente me ha dicho: «Mamá, ¡¡¡no te rindas!!!». Si esto no es tener lucidez y criterio ya no sé. Tiene una casta que tendríamos que nacer ocho veces para tenerla.
Gracias Isma, siempre te deberé ser la persona que soy. Te quiero hije.