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No es ningún secreto que en el colectivo trans llevamos años demandando una nueva ley, pero pasa el tiempo y por un motivo u otro todavía no ha sido aprobada
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Uno de los puntos más importantes que tiene que tener esta nueva ley es el fin de los requisitos médicos para que una persona, a ojos del Estado, sea considerada trans
Fuente (editada): eldiario.es | Cassandra Vera | 29/01/2020
No es ningún secreto a voces que España se ha quedado muy atrasada en materia de derechos de las personas trans. A pesar de contar con algunas leyes autonómicas que mejoran bastante nuestra calidad de vida, a nivel estatal aún tenemos una ley de hace 13 años que incluso en el momento de su aprobación estaba obsoleta y anticuada.
Tampoco es ningún secreto que en el colectivo trans llevamos años demandando una nueva ley, pero pasa el tiempo y por un motivo u otro todavía no ha sido aprobada. Llegados al extremo, en 2018 se tuvo que recurrir a una huelga de hambre para que el estamento político pusiera fecha a la tramitación de la ley en el Congreso, pero finalmente el adelanto electoral de 2019 nos dejó sin ley una vez más.
Este mismo mes se ha formado en España un gobierno de coalición entre PSOE y Unidas Podemos. En los documentos del acuerdo entre ambos partidos se habla de la aprobación de una Ley Trans para luchar contra la discriminación que sufre el colectivo. Para nosotras esta promesa podía haberse quedado en papel mojado, pues ambos partidos han tenido tiempo para tramitar la ley y no lo hicieron. Pero los recientes nombramientos ministeriales y otros cargos por parte del nuevo ejecutivo nos da a las personas trans una pequeña esperanza de que por fin las cosas pueden mejorar para nosotras.
El más importante de estos nombramientos sin duda es el de Irene Montero como nueva ministra de igualdad. Montero siempre ha sido una defensora de los derechos de las personas trans en redes y en su carrera política. Al llegar a su nuevo cargo no se ha olvidado de nosotras y las mujeres trans han sido parte de su discurso. Esto, junto al nombramiento de Boti García como directora general de diversidad sexual y LGTBI, demuestra un compromiso real con el cambio de situación de las personas trans. Cabe destacar cómo los colectivos más tránsfobos y reaccionarios no han tardado en atacar a estas mujeres nada más llegar al cargo precisamente por su histórico compromiso con las mujeres trans.
Uno de los puntos más importantes que tiene que tener esta nueva ley es el fin de los requisitos médicos para que una persona a ojos del Estado sea considerada trans y, por ende, pueda cambiar sus documentos legales. Actualmente en varias comunidades autónomas aún es necesario acudir a un Psicología o Psiquiatría para poder iniciar el tratamiento hormonal y rectificar el sexo en el DNI. Esto es absolutamente humillante y vejatorio para nosotras, pues una persona completamente desconocida está decidiendo sobre nuestro cuerpo y nuestra vida sólo por el hecho de ser trans, algo que vulnera cualquier derecho básico.
Y a esto también tenemos que sumarle el hecho de que algunas personas trans, en especial mujeres, han sufrido preguntas destinadas a humillarlas más todavía y a anularlas como persona, como preguntarles si se han masturbado con ropa de mujer o interrogarlas sobre sus gustos sexuales. En el tema del tratamiento hormonal de las personas trans el gobierno también tiene mucho que hacer; casi todos los años hay desabastecimiento, así como se han eliminado del mercado muchos medicamentos asequibles económicamente y con menos efectos secundarios que los que nos recetan actualmente. Y por último, pero no menos importante, necesitamos una ley que luche contra la opresión específica que sufrimos las personas trans a lo largo de nuestra vida por parte de la sociedad, ya sea en el ámbito laboral, escolar etc.
Hace unos meses el actual vicepresidente segundo del gobierno, Pablo Iglesias, compartió en Twitter el libro ‘Vidas Trans’, una recopilación de textos donde personas trans contamos nuestras experiencias en distintos ámbitos y hablamos de cómo mejorar nuestra situación.
Estos pequeños detalles, así como lo ya mencionado, nos hace creer realmente este país nos va a dar a las personas trans la dignidad que siempre nos ha arrebatado.