Fuente (editada): Universidad Feminista | 3 FEBRERO, 2020
Gozoso estreno del III ciclo Cultura y Feminismos: Contradicciones y Resistencias. Saida García, de la asociación Euforia, impartió un taller bajo el título “Deconstruir para construir.” Con aforo completo en mujeres y entusiasmos, realizamos una ronda de presentaciones en la que además del nombre utilizamos los pronombres con los que nos identificamos. Soy… utilizo pronombres femeninos; soy… utilizo pronombres femeninos y neutros; soy… utilizo pronombres femeninos. Y así más de cincuenta veces.
Tras esta sorprendente toma de conciencia de cómo nos nombramos y nos reconocemos, se formaron dos grupos de debate y aprendizaje. Saida nos propuso casar 10 fichas, un concepto y su definición: Persona Cis, Persona Intersex, Persona No Binaria, Persona Trans, Teoría Queer/Cuir, Sexo Biológico, Sexo Registral, Identidad Sexual, Expresión de Género y Orientación Sexual.
En el debate se manifestaron las dudas y certezas con las que nos enfrentamos a realidades diversas y esos dilemas que dejan nuestro pensamiento cautivo: realidad biológica vs realidad social; expresión de género vs identidad sexual. El paradigma conceptual binario, propio del patriarcado (heteropatriarcado, cisheteropatriacado, como queramos definirlo) condiciona nuestro modelo explicativo. Nos preguntamos: ¿por qué existe el sexo registral?
El debate finalizó con la propuesta de Saida de centrarnos en lo que nos une y no en lo que nos divide. La zona enemiga está fuera. Necesitamos ampliar las categorías con las que nos identificamos a más de dos. La identidad sexual no debería ser una categoría clasificatoria.
Una tarde en la que aprendimos que el conocimiento situado (como nos indica Donna Haraway) y la politización de los cuerpos es importante para comprender el mundo y para la toma de decisiones. Los puntos de vista nunca son neutros, tampoco los que se emiten desde los lugares de privilegio de la academia y la ciencia.
Hay muchos lugares desde donde mirar la vida. Nosotras elegimos hacerlo desde el conocimiento encarnado, conocimiento y saberes populares, emanados desde abajo, desde las militancias feministas y transfeministas. Una tarde en la que fuimos más diversas e iguales que nunca. ¡Gracias, Saida!