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Después de que la OMS anunciara la despatologización de la transexualidad, algunas entidades científicas, como la SEEN, revisan su posicionamiento.
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“Las identidades de género, así como su expresión, evidencian diversidad y no enfermedad”, declara el portavoz de esta sociedad científica.
“La autodeterminación del género es un derecho fundamental de las personas y no debe ser entendido de otra forma. Todo esfuerzo que vaya encaminado hacia la despatologización debe ser bienvenido”, indica el Dr. Marcelino Gómez Balaguer, miembro del Grupo de Identidad y Diferenciación Sexual de la SEEN (GIDSEEN), coordinador del equipo multidisciplinar de Identidad de Género del Hospital Universitario Dr. Peset, de Valencia.
La SEEN recuerda que, aunque en muchas ocasiones sigue etiquetándose la transexualidad como una alteración biológica, no existe ninguna anomalía en estas personas. Por este motivo, la decisión tomada por la OMS tiene una profunda carga simbólica. El hecho de que la transexualidad deje de considerarse como un desorden ayudará a combatir la transfobia social que todavía existe. Socialmente, las identidades trans siguen siendo patologizadas, aunque, afortunadamente, la tendencia en Europa es hacia la integración social de estas personas. “En España somos cada vez más los profesionales de la salud, en general, y endocrinólogos, en particular, que creemos en la conveniencia y necesidad de una atención integral a las personas trans, siempre desde el respeto a la diversidad de las identidades y expresiones de género. El posicionamiento actual de la OMS refuerza nuestras estrategias en pro de una atención transpositiva”, comenta el especialista.
Esperamos que estas palabras se traduzcan en un mayor entendimiento con las personas beneficiarias de la atención sanitaria. Las personas trans han de poder decidir respecto a las herramientas de que dispone la sanidad pública para lograr su salud integral, en función de la demanda de cada cual, en las mismas condiciones que el resto de las personas usuarias del sistema sanitario, sin la estigmatización y condicionantes que derivaban de ser considerada la transexualidad un trastorno mental.