Entrevista a Gracia Trujillo, profesora de Sociología en la Universidad Complutense de Madrid, Doctora integrante del instituto Juan March de Estudios e Investigaciones y activista feminista-queer.
Fuente (editada): Facebook | ELEYEME_LIFE | 8 DE JULIO DE 2020
¿Qué es la teoría queer?
Cuando hablamos de teoría queer lo primero que siempre decimos es que hay que hablar de teorías en plural, no hay una sola, sino que es un cuerpo teórico muy amplio que lleva en marcha desde finales de los años 80. No es de anteayer y no solo se trata de propuestas teóricas, sino que es todo un conjunto de prácticas políticas. Hay una serie de activismos que se han denominado desde finales de los 80 “queer”.
¿Qué sería entonces el activismo queer?
Lo que venimos a llamar, en movimientos sociales, el lado radical de los movimientos, entendiendo por radical el que no está orientado a la consecución de derechos legales, a negociar con las instituciones, pidiendo subvenciones, etc. Aquí en el Estado español tenemos grupos desde comienzos de los 90 como La Radical Gai y LSD que ya se denominaron queer entonces. Este activismo radical, que surge en el contexto de la crisis del SIDA, ve que la batalla está en la calle, contra la homofobia, contra el estigma, las violencias, etc. Esto es importante conocerlo y recordarlo, todos estos activismos queer o cuir/kuir, como prefiramos, llevan en las calles muchos años ya.
Esto que está sucediendo en el feminismo a algunas que participamos en los activismos feministas queer desde los noventa, nos suena. Estos debates siempre han estado ahí, lo que pasa es que es cierto que no con esta virulencia. Esta cosa tan violenta nos está sorprendiendo a muchas, yo misma incluida. Pensábamos que habíamos esquivado esta cuestión de las TERF, que sí ha sucedido en Estados Unidos y en otros contextos, y mira, al final no.
¿Existe una diferencia entre el feminismo de las teorías queer y el feminismo que se está planteando ahora excluyendo a las mujeres trans como sujeto político de este?
Las teorías queer beben del feminismo, entre otras influencias importantes. A este respecto, hay un montón de teóricas que son feministas y son queer (por ejemplo, Judith Butler, entre muchas otras). Quiero decir con esto que esta división que se está planteando entre el feminismo y «lo queer» no es cierta. Desde las teorizaciones queer se cuestiona algo que habíamos dado por hecho, y es que la categoría sexo era algo inamovible, una especie de punto de partida, de base, desde la que se articulaba y se construía el género. A raíz de los planteamientos de las teorías queer empieza a problematizarse esa categoría, al entender que no hay solo dos sexos. Por ejemplo, el trabajo de la bióloga feminista Anne Fausto-Sterling, que identificaba al menos cinco sexos, ha sido muy importante al respecto. También está la cuestión de los bebés intersex, donde la cirugía interviene como una auténtica tecnología del género. La cirugía asigna un sexo, interviniendo en los genitales, alargando un clítoris, cortando un pene, etc. De esta manera, el sexo se altera, se construye, no es algo «natural» tampoco, y mucho menos binario.
¿Estarían las teorías queer negando la existencia del sexo biológico?
No, eso no es cierto. Yo no conozco ninguna referencia, ningún trabajo que exponga que las teorías queer niegan la existencia del sexo. No la niegan, lo que están planteando es que no es algo que podamos dar por hecho, que es una cuestión mucho más compleja, esto es lo que están diciendo las teorías queer.
¿Es el género un factor fundamental para entender la desigualdad?
Claro que sí, el género es una categoría fundamental para entender la desigualdad. Hay un sector feminista que dice que estamos utilizando el género como algo que cualquiera puede alterar, cambiar como le parezca. Esta es la crítica que se le hizo a Butler cuando analizó el género como una performance, una actuación. Y mira que ha llovido desde entonces!… Yo recomiendo leer Cuerpos que importan, o Deshaciendo el género, dos trabajos suyos impresionantes al respecto.
Por un lado está la cuestión de los sexos y luego está la cuestión de la proliferación de los géneros. Las teorías queer una de las cosas que hacen es criticar el binarismo de género. Esta es una clave, no hay solo dos géneros igual que no solo hay dos sexos, pero esto no significa quitarles importancia a estas categorías, estamos mostrando la complejidad de estos términos.
Tampoco es cierto que estemos negando ni invisibilizando a las mujeres, lo que estamos es ampliando esa categoría, estamos ampliando esa identidad «mujeres», en plural, ese espacio político.
¿Se podría decir, entonces, que las teorías queer no van en contra de las mujeres sino que están abriendo caminos, expandiendo el concepto mujer y sumando personas que luchan por esa igualdad de derechos?
Exactamente, es que yo creo que sumando no estamos debilitando el sujeto mujer, le estamos dando mucho más empuje, mucha más fuerza. La prueba está en las movilizaciones feministas de estos últimos años, que están siendo más numerosas que nunca, porque estamos ampliando ese sujeto y estamos diciendo que es el momento de sumar y de unir ¡Bienvenidas todas y todes a la lucha feminista!.
Venimos complejizando el debate y diciendo que la identidad «mujeres» debe ser porosa, abierta, inclusiva desde hace ya muchos años. Ahora nos están intentando echar para atrás, es una especie de cierre de filas en torno a ese sujeto mujer, cisheterocentrado, blanco y de clase media. Aunque esto no es nuevo (antes lo pelearon las lesbianas, por ejemplo), está siendo últimamente muy violento. La cuestión es por qué ahora, por qué surge este debate ahora. Yo creo que es porque, entre otras cosas, está sobre la mesa el debate sobre la Ley Trans a nivel estatal, y está en jaque el poder de un sector importante de las feministas del PSOE.
¿Es entonces a las mujeres trans a las que se les acusa de “difuminar” ese concepto mujer?
Las mujeres trans son nuestras compañeras desde hace mucho tiempo. No solamente se les acusa a ellas de “difuminar” ese concepto mujer-feminista, pasó igual como te decía con las bolleras, que tuvimos que dar la batalla dentro del feminismo para visibilizamos y que nos nombraran. También lo hacen las mujeres migrantes, las trabajadoras sexuales, las chicas jóvenes, las mujeres que llevan velo, que les dicen que no pueden ser feministas, etc. Tenemos que intentar analizarlo en ese marco más amplio para entender esta reacción de un sector feminista ahora.
¿Se está dando un debate sobre quién es mujer y quién no?
Nadie tiene más legitimidad que nadie, ni su voz pesa más que otra para decir quién es mujer y quién no, cuestión que a mí ya me parece violenta para empezar. Monique Wittig decía que las lesbianas no son mujeres. Wittig decía que mujer es una categoría política, ahistórica que, como tal, tenemos que destruir. Un mundo en el que pudiéramos pensar más allá de las categorías de género, de clase, de raza, que no somos ni mujeres ni hombres, ni heteros ni homosexuales, ni blancos ni negros, ese sería el mundo ideal, ese es hacia el que tenemos que andar.
¿Es posible que este horizonte hacia el que caminan las teorías queer lleve a la eliminación de las desigualdades y, por ende, a que la lucha feminista deje de tener sentido?
Sí, claro, ese sería el horizonte. Tendríamos que intentar que el color de la piel no contara, que tu opción sexual pudiera ser igual de legítima que cualquier otra, que no nos clasificaran en términos sexo-genéricos binarios, etc.
El feminismo lleva años diciendo que no hay nada de natural, de biológico en la desigualdad de género, es una construcción social. Pero es que luego las teorías queer, además, lo que han hecho es complejizar y decir que estamos todo el rato moviéndonos en el binarismo, entre dos sexos y dos géneros, y resulta que todo es más complejo, más amplio. Que hay más sujetos, hay más cuerpos, más vidas que quieren ser vivibles, respetadas también.
Estas divisiones que están algunas intentando fomentar entre el feminismo y la lucha LGTBIQA+ son terribles en el momento en el que estamos. Las conquistas feministas han sido algo que ha aportado mucho a la lucha LGTBIQA+, pero es que al revés también. Toda la crítica que se ha hecho desde, por ejemplo, los colectivos de lesbianas feministas a la heterosexualidad obligatoria, toda la crítica al binarismo de género, a la despatologización de las identidades trans, yo creo que nutre mucho a la lucha feminista. No veo que esté una separada de la otra, la lucha trans es feminista. Y la lucha feminista es trans, no concibo que separemos esto. Ni desde las prácticas políticas, los activismos, ni desde las propuestas y análisis teóricos.
El argumentario del PSOE nos habla de algunos conflictos que se darían en relación a la despatologización de las personas trans y el principio de seguridad jurídica, aportando algunos ejemplos como que las estadísticas se verían implicadas, o que sería un problema para las leyes de paridad, incluso habla del impacto en la ley de violencia de género, justificando que un hombre que es maltratador podría de repente declararse mujer y evitar ser juzgado ¿Estas dificultades jurídicas realmente se darían? ¿Cuál es tu opinión?
Yo creo sinceramente que aquí hay una manipulación del debate totalmente. No creo que el problema cuando estamos analizando estas cuestiones sea que un hombre vaya a hacerse pasar por mujer trans para beneficiarse puntualmente de algo. Yo no conozco ningún caso así, esto es algo muy alejado de la realidad, por ahí no va la cuestión. La cuestión va porque estamos entendiendo el género igual a mujer cis. El problema de la ley de violencia de género no es que vaya a haber un varón cis que se haga pasar por mujer trans en un juzgado. El problema es que la ley de violencia de género no atiende a otras personas que no sean una mujer cis heterosexual que está siendo o ha sido violentada por su pareja o ex pareja varón en el ámbito doméstico. Lo que nos está pasando aquí es que estamos dejando a sujetos excluidos de estas leyes, por ejemplo las parejas de lesbianas o gays. Aquí habría dos opciones, ampliar la ley existente o redactar otra específica para relaciones no heterosexuales.
Lo que le está pasando a este sector feminista, tránsfobo, es que se está revolviendo y está intentando cerrar ese sujeto «mujer» otra vez porque le supone realmente una pérdida de parcelas de poder, un cuestionamiento a muchos niveles, en las instituciones, etc. Así que creo que tendrían que repensarse algunas leyes, pero sobre todo porque excluyen.
Las mujeres somos un colectivo infinitamente más diverso que todo eso. Es por ahí por donde veníamos andando y por donde tendríamos que seguir pensando entre todes, y no revolviéndonos ahora con el volver otra vez para atrás. Yo creo que la violencia de sus planteamientos denota en el fondo su debilidad. No pueden controlarnos porque ya somos muchas, somos muches. Las compañeras trans tienen un montón de aliadas y no es fácil.
En relación a la Ley del 2007 para el cambio de sexo registral, esta ley que tiene todos esos elementos patologizadores, eso es lo que habría que atacar, y no a las personas trans y su derecho a la autodeterminación de la identidad sexual. Estábamos ahí, no echemos ahora para atrás. Además no solo para atrás, esto es un movimiento hacia la derecha tremendo.
Sorprende escuchar discursos de la extrema derecha o la derecha, aplaudiendo este posicionamiento del feminismo. Es para asustarse.
Sí, estamos todas asustadas con esto porque no se puede, de ninguna manera, defender las mismas ideas que la extrema derecha. Cuando hay un sector feminista que está compartiendo el mismo discurso que VOX y que Hazte Oír, compañeras, esto hay que frenar y revisarlo, no puede ser, no puede ser que Hazte Oír les esté aplaudiendo, porque algo falla. Aquí nos deberían saltar todas las alarmas. Y no solo eso: tenemos una reacción neoconservadora en marcha brutal, está el tema de la ideología de género, entre otros. Antes del coronavirus estábamos en la batalla contra el pin parental. No les demos más balones de oxígeno, desde el feminismo, o en nombre del feminismo. No. Desde luego mi feminismo no es, ni el de muchas. Es gravísimo lo que está sucediendo y tenemos que denunciarlo, sí o sí.
¿Debería el feminismo estar ahora más fuerte que nunca?
Tú dices que el feminismo debería estar fuerte, yo creo que el feminismo esta ahora súper fuerte. El feminismo a nivel global es ahora, me atrevería a decir, de los movimientos, junto al movimiento “Black lives matter”, más potentes, que están sacando más gente a la calle, y que son verdaderos muros de contención frente a la avanzada fascista y neoconservadora que tenemos en marcha.
El movimiento feminista es el que ha movilizado a más personas en Brasil, EEUU, Argentina, en países europeos como Polonia, y aquí en España. Hay muchísima gente que se ha sumado al feminismo en los últimos años, muchas chavalas jóvenes, muchos compañeros, tenemos muchas más aliadas ahora, y aliados y aliades, que teníamos hace unos años. Esta fuerza es impresionante ahora mismo. Entonces qué pasa, que este sector feminista que excluye es sobre todo el que está en las instituciones, en la universidad. Pero en realidad es un sector minoritario, el feminismo está súper fuerte y el problema es que no lo pueden controlar ahora mismo. Yo creo que tenemos que seguir haciéndolo fuerte y tenemos que seguir haciendo frente a estas ideas tránsfobas. La lucha feminista no puede ser tránsfoba, igual que no puede ser racista, no puede ser clasista, no puede ser lesbófoba, no puede ser putófoba… este no es nuestro feminismo. Que dejen de hablar en nombre del feminismo, que están haciendo mucho daño y para nada está por ahí la lucha que ahora mismo hay en las calles y en muchos espacios, con muchas compañeras y compañeros.
Recientemente has publicado el libro “Maternidades Cuir” ¿puedes hablarnos un poco sobre él?
SÍ, es un libro que he tenido el placer de coeditar con Eva Abril y que justo presentamos hace poco en el Instagram de Berkana. El libro se titula Maternidades cuir y lo que nosotros queríamos decir es: “aquí estamos todas las madres, bolleras, trans, cis, bisexuales, poliamorosas, racializadas,…” Hemos intentado que fuera lo más plural posible.
Y llega en este momento en el que, fíjate, cuando decimos feminismos queer ahí este sector feminista anti queer se queda sin argumentos. Porque claro, una cuestión importante es que hay muchos espacios de intersección, que estamos muchas lesbianas que nos denominamos lesbianas queer desde hace mucho tiempo. Y muchas marikas, muches trans y toda la cuestión transfeminista está en esos espacios de intersección, es decir, es un feminismo que está atravesado por todas estas cuestiones de sexualidades no cisheteronormativas, de raza, de clase, de diversidad funcional, etc.
En nuestra introducción mencionamos algo así como que “este libro va a incomodar a un sector feminista” porque nosotras consideramos que no hay nadie que pueda decir quién es feminista y quien no, o quién es mujer y quién no. Cuando hablamos de estas intersecciones, de estos espacios de cruce es cuando, yo creo, se quedan sin argumentos. La teoría queer no es ningún caballo de Troya que viene a destruir el feminismo. Muchas somos feministas queer, transfeministas, y no tenemos intención de destruir nada sino todo lo contrario. Lo venimos revitalizando desde hace muchos años ya.
¿Qué libro podrías recomendarnos para seguir conociendo el feminismo y las teorías queer?
Hay muchos y muchas cosas que se pueden leer ahora. «Queer, una historia gráfica», por ejemplo, es sencillo de leer y aporta muchas ideas para aprender y seguir reflexionando. Otro libro, colectivo, es «Políticas bolleras, maricas, trans, mestizas», que publicó Egales hace unos años. O el que compilamos en el Grupo de Trabajo Queer, en 2005, “El eje del mal es heterosexual: Figuraciones, movimientos y prácticas feministas queer”, disponible en la web de Traficantes de sueños desde entonces.
Muchas gracias, Gracia, por esta entrevista, ha sido un placer poder dialogar. Pensamos que va servir para aportar luz a la situación actual que estamos viviendo en España en relación al feminismo y las mujeres trans.