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El proceso de búsqueda de un nombre que nos representara a las personas que iniciamos esta aventura, que pudiera albergar a quienes se vayan sumando por el camino y que además sirva de presentación para quienes nos observen desde fuera, ha sido complicado y apasionante.

Surge de un proceso colectivo donde las ideas y propuestas se iban sumando para acabar dibujando una identidad propia suma de muchas otras.

Euforia, como expresión de la alegría inmensa que experimentan las personas que consiguen ver su identidad respetada y también la de sus familias. En contraposición del discurso biomédico y la legislación patologizante, que se empeñan en etiquetar las identidades trans como disforia.

Familias Trans-Aliadas como descripción de quienes somos y cual es nuestra función. Parece simple, tres palabras, lo complejo era que esas palabras contuvieran todos los conceptos, las experiencias, las vivencias y la fuerza que queríamos transmitir.

El segundo reto ha sido el encontrar un logo que cumpliera la función de comunicar las emociones, los sentimientos y la información que contenía el nombre. Teníamos bastante claro lo que buscábamos. Una explosión de alegría, con los colores de las banderas trans y no binaria. El símbolo transfeminista, como una declaración explicita de nuestro posicionamiento activista. Un asterisco, como guiño cómplice con las personas que en un momento duro decidimos que era mejor transitar y no lamentarnos. Ese asterisco que también es usado como símbolo paraguas de las identidades trans* como expresión de su amplitud y diversidad.

Queremos gradecer  a quienes nos brindaron su ayuda, su tiempo y su trabajo, nos ayudaron a definir más nuestra idea para poder poco a poco ir poniéndole forma a la imagen que buscábamos.

Y gracias al autor final del logo, Juanlu Blanco que cargado de paciencia iba recibiendo nuestras indicaciones imposibles, haciendo propuestas, intentando atrapar en una imagen lo que tan difícil nos estaba siendo expresar con palabras.