Las asociaciones trans de Aragón aseguran que existen «muchos problemas y trabas para conseguir una cita en Zaragoza».
Fuente (editada): HERALDO DE ARAGÓN | Paula Lobaco | 6 JUN 2023
Liam tiene 36 años y hace unos meses decidió – después de muchos años queriéndolo hacer- rectificar el nombre y el sexo registral en el registro civil de Zaragoza. A pesar de que diariamente entra en la página web para pedir cita previa, todavía no lo ha conseguido. «El mensaje siempre es el mismo: ‘En este momento no hay. En breve, la Oficina pondrá a su disposición nuevas citas.Sin embargo, es imposible conseguir una», lamenta el joven, que comenzó la hormonación hace meses.
Las asociaciones trans de Aragón aseguran que existen «muchos problemas y trabas para conseguir una cita en Zaragoza». Natalia Aventín, presidenta de la asociación Euforia. Familias Trans Aliadas, lamenta: «La administración debería estar al servicio de la sociedad, pero pasa lo contrario. Tenemos mil impedimentos».
Liam asegura que está siendo un proceso «muy complicado». «Necesito que me traten como me siento. En mi DNI pone otro nombre, pero soy Liam». El joven asegura haber tenido una infancia complicada: «Siempre me he sentido distinto y te surgen dudas. Te haces más amigos chicos, te gusta más todo lo que hacen ellos y te preguntas, ¿qué me pasa?».
«Me adoptaron con seis años y no tenía la suficiente confianza como para contárselo a mi madre. Ella se daba cuenta de que me gustaban más las cosas de mi hermano que las mías. Sin embargo, yo estuve callado toda mi vida, llevaba todo por dentro», cuenta el joven, que lleva viviendo en Zaragoza desde hace más de una década.
Cuando tan solo tenía 15 años vivió un duro episodio: «Le dije a mi madre que me gustaban las mujeres y me echó de casa». Desde entonces, tuvo que ‘buscarse la vida’: «He residido en muchas ciudades de España y he tenido trabajos temporales porque al no tener estudios, era complicado tener algo fijo».
Después de muchos años sin compartir sus pensamientos, hace cinco meses se lo contó a la primera persona: «No es que saliese del armario, sino que decidí ser yo. Mi pareja notaba algo y me insistió. Llevo siete años con ella y todavía no había sido capaz de contárselo. Cuando tomé la decisión, ella me apoyó y me sentí muy bien emocionalmente. También se lo he contado a la que considero mi familia (mis suegres y cuñades)», cuenta.
Ahora está estudiando un curso de técnico informático en el Inaem y quiere que en el diploma aparezca el nombre con el que se identifica y no el que aparece en su DNI. «Se lo he dicho también a la persona que se encarga de estos certificados y me recomendó acudir al registro civil diciendo que no tenía competencias digitales para ver si de esa manera conseguía cita previa», subraya.
«Desesperado, fui haciendo esa ‘trampilla’. En realidad solicité dos citas, la de cambio de nombre y sexo y otra para casarme con mi pareja. Desde la mesilla de información, me atendieron muy bien y me dieron un número para pasar a una sala», relata.
No solo no lo consiguió sino que además terminó con un ataque de ansiedad. «La persona que me atendió me dijo que no había citas para bodas y cuando me preguntó que para qué más quería y le dije que para cambiar el nombre. Me dijo: ‘Si no puedes para casamiento para lo otro tampoco. Ahora hay más demanda que oferta'», cuenta. Además, subraya, «me dijo que la única forma de conseguir la cita es por internet». «Me fui sin nada y con un disgusto tremendo», lamenta.
«No lo entienden pero no es un capricho, es una necesidad. Necesito entrar al baño que me pertenece, necesito que en mi título ponga mi nombre… Necesito ser la persona que siento que soy», dice.
La presidenta de la asociación Euforia. Familias Trans Aliadas asegura que se puede hacer por otra vía que no es internet, pero ahora «en Zaragoza dicen que no van a coger esas peticiones». «Me refiero a realizarlo a través de Correos vía procedimiento administrativo. Tiene validez jurídica como que se ha presentado ante el registro; está reflejado en la web del Ministerio de Justicia. A pesar de ello, en la capital aragonesa no está siendo sencillo», lamenta.
Ahora, explica, «en Huesca también están surgiendo problemas». «La realidad es que es un proceso muy largo, de meses. Se puede hacer en un registro civil distinto al de la ciudad en la que vives, sin embargo, eso no quita todo el tiempo de espera. Incluso desde que te dan la cita y entregas todos los papeles hasta que dictan el auto, pueden pasar meses«, informa Aventín.
Fuentes del registro civil explican a HERALDO que consideran que la huelga está detrás de las dificultades para conseguir cita previa.