Autora: Natalia Aventín Ballarín
El pasado lunes se publicaba en el Boletín Oficial de Aragón la Ley 4/2018, de 19 de abril, de Identidad y Expresión de Género e Igualdad Social y no Discriminación de la Comunidad Autónoma de Aragón.
Con el voto unánime de la Sala de Plenos de la Cortes Aragonesas, salía aprobado el texto que tantas palabras, llamadas, reuniones, encuentros y desencuentros ha costado. Un texto que partía del empeño de los colectivos. En ese proceso creador y de negociación, hemos participado muchas personas en diferentes ámbitos, algunas nunca conocerán el esfuerzo de otras, las familias de menores trans* podemos hablar de nuestra parte, de nuestro esfuerzo, nuestra insistencia y persistencia. Fuimos nombradas explícitamente por las ponentes de los diferentes grupos políticos, en sus intervenciones, lo que nos confirma que nuestro empeño ha sido valorado.
A veces, emocionan tanto los pequeños pasos como los grandes avances y, por eso también, nos emocionamos escuchando los discursos, tanto por lo que decían como por cómo lo decían. Felicidades señorías, todas han avanzado, voluntaria o involuntariamente se han visto inmersas en una realidad que desconocían, que posiblemente miraban con desconfianza unas, indiferencia otras, con ánimo de entender o incluso con una mirada de impotencia o de compasión. Y además, han sido capaces de trasmitir y convencer al resto de representantes de sus grupos, para que apoyaran aquellas partes que sabemos que se les hacían bola, que les estaba costando tragar. Nos consta que no es una tarea fácil, por ello nos sentimos orgullosas de ustedes. Aunque como ya nos conocen no seremos complacientes y seguiremos presentando retos, porque esto solo es un punto de partida para que exista una sociedad igualitaria, justa y segura para todas las personas, también para las trans*.
Como reza el preámbulo:
«En Aragón, diversas entidades para la representación y defensa de los derechos e intereses de las personas lesbianas, gais, trans, bisexuales, queer e intersexuales constituyeron en enero de 2016 una mesa de trabajo que pretendía impulsar la tramitación de una ley autonómica que garantizase de manera efectiva y definitiva el derecho a la identidad y la libertad en la expresión de género.
El 14 de junio de 2016 la Mesa presentó ante la Comisión de Comparecencias Ciudadanas y Derechos Humanos de las Cortes de Aragón una propuesta de texto, fruto del acuerdo de las entidades que la integran. Dicha propuesta fue aceptada por el Gobierno de Aragón, que asumió el compromiso expreso de impulsarla como proyecto de ley, respetando en la mayor medida posible su integridad.
Tal es, por consiguiente, el origen de la presente ley, manifestación y reflejo de la voluntad expresada por entidades de la sociedad civil de establecer un marco que garantice el respeto a los referidos derechos y que evite cualquier discriminación. Una voluntad sustentada en la constatación de la necesidad de restablecer la plenitud de los derechos de las personas trans, de dar respuesta a una demanda social ineludible e impostergable y de sentar las bases que permitan una vida plena y digna para un colectivo que, históricamente, ha visto vulnerados sus derechos.
En esta línea, el reconocimiento legal del derecho a la libre autodeterminación de la identidad de género de toda persona emana del propio Estatuto de Autonomía de Aragón, que parte del establecimiento, en su artículo 12, del derecho de todas las personas a vivir con dignidad, seguridad y autonomía, libres de explotación, de malos tratos y de todo tipo de discriminación, así como al libre desarrollo de su personalidad y capacidad personal.»
Ahora es el momento de unir las fuerzas para que esta voluntad se haga realidad.