«Cuando era más joven una parte de mí pensaba que podía prevenir que mis hijes sufrieran, lo que por supuesto era ridículo», ha contado la actriz, poco dada a hablar de su vida privada
Fuente (editada): El País | 29 NOV 2019
A sus 61 años y después de casi 35 años en la industria del cine, la vida de Annette Bening sigue estando entre las más desconocidas del panorama hollywodiense. Y eso que tiene varios elementos que podrían situarla entre las más comentadas y perseguidas: una carrera exitosa, una gran familia y un matrimonio con otro de los nombres más poderosos del cine, Warren Beatty.
Sin embargo, Bening suele permanecer en silencio en charlas y entrevistas sobre la cuestión personal. Tampoco es una habitual de los photocalls, los posados y las revistas. Sin embargo, en una reciente charla con la revista AARP ha hablado sin tapujos de sus hijes, del paso del tiempo y de su renovada libertad ahora que sus retoñes se han ido de casa.
Beatty y Bening tienen cuatro hijes con edades comprendidas entre los 19 y los 27 años. La más pequeña, Ella, acaba de volar del nido para empezar sus clases en Juilliard, una prestigiosa escuela de interpretación. Por eso dice que ahora se siente en una etapa diferente: «Tengo un sentido de la libertad y a la vez del anclaje que no había sentido en este nivel hasta ahora».
En la entrevista, Bening saca un tema del que normalmente no habla demasiado en público: la transición sexual de su hijo Stephen Ira, el mayor, que al nacer asignaron equivocadamente como una niña y que reveló que se identificaba con el género masculino cuando tenía 14 años. Ahora el joven es escritor y un destacado activista en pos de la visibilidad LGTBI. «Escuchad lo que contamos sobre nuestra vida, sobre nuestro cuerpo», contaba Ira a EL PAÍS en una entrevista hace un par de años. «Llegad a conocernos, no solo a algunes de nosotres. Entended que no hay dos que seamos iguales. Es algo que ha existido toda la vida, simplemente la Historia nos ha eliminado hasta hace poco».
De forma inesperada, Bening habla sobre el orgullo que le ha hecho sentir el joven, la persona en la que se ha convertido. «Ha conseguido superar lo que era un gran reto con mucho estilo e inteligencia. Es una persona cortés, muy elocuente y estoy muy, muy orgullosa de él», dice la actriz.
Además, al hilo de ello, Bening también reflexiona: «Cuando era más joven una parte de mí pensaba que podía prevenir que mis hijes sufrieran, lo que por supuesto era ridículo. Tienen que pasar por su propio sufrimiento».
«Todavía nos estamos acostumbrando a tener la casa tan tranquila», explica la actriz sobre ella y su marido —al que conoció en 1991 cuando ambos grababan la cinta Bugsy— mientras charla en Londres con dicha revista. Con casi medio centenar de títulos a sus espaldas, ahora está rodando una nueva versión del clásico de Agatha Christie de 1937 Muerte en el Nilo dirigida por Kenneth Branagh. Además, reconoce que está en un proceso de cambio, de expansión de su vida personal y de conocimiento más profundo de sus amistades: «Muchas mujeres tienen un periodo de crecimiento después de que sus hijes ya no vivan con ellas en el día a día». Y eso es precisamente lo que está viviendo.